Apocalipsis oligárquico

Los grandes imperios, los grandes dictadores, las grandes civilizaciones, no caen tanto por el surgimiento de una nueva y más poderosa sociedad que elimina la anterior e impone una nueva cultura, realmente caen porque llevan moribundos tanto tiempo que cualquier pequeño movimiento en su estructura hace que se desplome.
Por suerte, el cambio ya se ha producido y quien ha sabido jugar sus cartas bien, se ha adaptado y está ganando. Europa como de costumbre, se aferran demasiado tiempo a sus costumbres y su sistema medieval no es capaz de variar su rumbo aunque este le lleve al desastre. Los europeos siguen sin sentirse un conjunto aunque lo son. Siguen sin darse cuenta que la fuerza de la unión no está en el odio ni en la supremacía de unos contra otros. La Unión Europea no existe, ya que los oligárquicos son los que manejan los movimientos económicos y burocráticos solo en su propio beneficio, arruinando una y otra vez el sistema comercial, cultural y social. Aguantamos porque somos un pueblo fuerte, pero no porque quien nos gobierna tiene utilidad o validez alguna.
La pregunta es ¿cómo hacer morir este sistema oligárquico?, ¿cómo dejar de alimentarlo?. He ahí la cuestión, el dinero que sirve para alimentar a la oligarquía sale de los esclavos, es decir, nosotros les damos de comer desde hace tanto tiempo que su obesidad les impide pensar o moverse. Pero ellos no solo se alimentan de nuestros impuestos, además inventaron una serie de canales para asegurarse el banquillo de por vida, también el de las nuevas generaciones de oligárquicos, sus hijos y nietos. Solo hay que investigar un poco. ¿Dónde invierten el dinero que roban a sus esclavos?, ¿cómo mueven el dinero?, nuestro dinero.
En España hay una red de empresas tanto públicas como privadas que mueven el dinero de la oligarquía de forma que el flujo de capital no se agote nunca. Estas empresas por su puesto incluyen a bancos, pero no son las empresas más importantes. Algunas de estas, ya han caído y han sido vendidas a empresarios de otros países, pues su rentabilidad era nula, solo son lavaderos de dinero para justificar gastos. Pero muchas otras persisten.
Hay algo que quiero comentar, y son las consecuencias de la ineptitud y avaricia extrema. Recientemente las noticias se han llegado de desastres provocados por al naturaleza, con pérdidas de vidas humanas y materiales, y se echa la culpa al cambio climático. Pero esta vez, no es tan así el asunto. En Mallorca la destrucción no fue provocada solo por la tromba de agua, que todos los años se esperan trombas de agua en la zona levantina, solo que está a sido de mayor intensidad de lo habitual. Sino que no existen infraestructuras de canalización de aguas, y la ingeniería de caminos y obras está muy por debajo de los conocimientos disponibles. Es decir, no solo se han ahorrado el dinero que se debe invertir en obras públicas, tan necesarias para que cosas así no ocurran. No solo han especulado con terrenos, no solo han puesto en peligro ha sus ciudadanos, que han visto sus vidas arruinadas por culpa de un sistema oligárquico de incompetentes. Sino que además nadie se va ha hacer responsable porque le ha echado la culpa al clima, y no van ha hacer nada para que no vuelva ocurrir. Porque la ruina de unos es la ganancia de otros. Las familias que han perdido su casa, puede que no tengan posibilidad de volver a reconstruirla, deban vender el terreno donde se lo comprar por nada, especularan con el y los oligárquicos vuelven ha hacer negocios redondos. ¿Quién ha ganado con el desastre?, ¿quienes son los culpables?. Si se declara como culpable a quienes lo son, y se les somete a un juicio que indemnice a las familias, se abre otra herida más en el sistema, y su muerte estará más cerca.
No voy a indignarme aquí, escribiendo sobre el ridículo que muestra la oligarquía cuando va a ver a las víctimas de la tragedia para hacerse las fotos de rigor. Sabiendo que van a sacar un gran rendimiento económico a la miseria y la ruina de esas personas, y que podían haber evitado el desastre solo haciendo lo que se les paga por hacer, y no lo hicieron.