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domingo, 30 de octubre de 2016

Los muertos vivientes

Que vergüenza que los políticos utilicen a las personas asesinadas, la mayoría de las veces, por la mafia del dictador que sigue muy viva en España. Que vergüenza, que hablen de los fallecidos de otras familias, que no tienen nada que ver con los ocupantes de los sillones, y con sus respectivas corrupciones. Que vergüenza, que se utilice a las víctimas de un sistema que vive una dictadura continua, para desacreditar e insultar a otros, sobre todo cuando los asesinos están en sus propias filas. Estamos asistiendo al peor espectáculo de la historia de España, y me temo que aun vamos a ver más película de terror, porque han decidido acojonar a los ciudadanos, y no solo lo han conseguido sino que lo que más tememos cada día con más intensidad, es que vuelvan los tanques y la dictadura, ya que si no se calla al pueblo de una manera, se le calla de otra, y ahí está la historia de España para contarnos como cuando es Español se revela se le mata a balazos.
Esos muertos, de los que presumen, esos que ello mismos mataron, aun se huele su sangre, y aun se conoce que sus asesinos nunca tuvieron castigo, solo premios, dinero y poder, más poder aun por haber asesinado a personas inocentes que estaban hartas de ser esclavos, que estaban hartas de sufrir la miseria para que otros vagos y maleantes viviesen a cuerpo de rey.
Solo espero, que de alguna forma, los que sabemos la verdad, y no dejamos que nos engañen con sus mentiras y manipulaciones, sepamos también ser inteligentes y no dejar que nos maten, como mataron a nuestros familiares. De alguna forma, por ellos, por los que lucharon antes que nosotros para hacer de este país un país libre, les debemos no volver a caer en el mismo error y tener la sangre fría y la mente calmada. Nos van a seguir insultando, no van a seguir violentando, van a seguir mintiendo en nuestra cara, pero esta vez, sabremos lo que debemos hacer, por nuestro país, que es el nuestro y nunca fue el suyo. Por que esta gentuza, que dice que quiere una España unida, no tienen más país ni más patria que el dinero, y el que se deja engañar por ellos, no solo es un necio, no solo es un imbécil, es además un loco y un suicida.

Mientras nos lo dejen ver, aquí está el discurso de Rufian:

Discurso de investidura

jueves, 27 de octubre de 2016

Ouija 2

Cuando somos pequeños nuestros padres, cuidan de nosotros y nos prohíben hacer muchas cosas que nosotros en ese momento no consideramos peligrosas, sino divertidas. Y de alguna forma esa pérdida de libertad, debido a la sana protección de los padres, con el tiempo se convierte en rebeldía. Quizá porque cuando somos niños somos mucho más conscientes de nuestras capacidades físicas, mientras que cuando un adulto nos ve haciendo cosas como; escalar, trepar, saltar, andar cerca de un lugar donde podemos caernos, o algo así, el adulto se pone de los nervios pensando en que nos hacemos daño, mientras que nosotros pensamos lo divertido que es hacer algo difícil, que es justo eso, no caerse.
Es probable que por eso, cuando somos algo más grandes, seguimos siendo rebeldes, y yo lo sigo siendo, aunque cada vez intento que mi rebeldía no me cueste demasiado, lo que siempre es complicado. Y esta y no otra, es la razón por la que creo que la mayoría de las personas cuando oyen o leen, que no deben practicar la Ouija, lo hacen, y lo hacen pensando que a ellos no les va a pasar nada, y que son tonterías y temores absurdos de personas con algún tipo de debilidad, o de miedo, las que dicen o recomiendan que no se practique este "juego". Por supuesto, el lector puede seguir pensando lo que considere oportuno, pero mi deber moral hace que siga contando sucesos reales que viví en primera persona y que hacen que quizá uno se lo piense dos veces antes de arriesgar su vida de una forma tan estúpida.
En mi anterior relato, conté como fue mi experiencia con la Ouija y la que era mi amiga del colegio cuyo nombre empieza por M, Lo que no conté, es qué pasó inmediatamente después a que la monja supiera que estábamos haciendo la Ouija en clase. Como es natural, tengo muchos problemas para recordar bien lo que sucedió, no solo por el tiempo transcurrido, sino porque tengo un bloqueo emocional que me impide recordar bien aquellos días.
He de decir, que a pesar de que yo esperaba una reacción mucho más violenta y negativa, por parte de las monjas, no la obtuve. Las monjas sí hablaron conmigo, y con M, pero no recuerdo ni que me obligaran a rezar, ni ningún castigo tremendo. Tal vez, sea esta la razón, por la que yo misma elegí castigarme, porque era muy consciente de que lo que le pasaba a M, era por mi culpa, y que yo había sido la causante de su problema. Era culpable, porque yo la había enseñado el juego, pero nunca la incité a seguir con ello, sino que fue ella la que se obsesiono con el tema. Como ya dije en mi relato anterior, a mi me movía la curiosidad. El caso es que yo necesitaba un castigo, una penitencia, algo, y no lo recibí, así que tuve que buscarme la forma de conseguirlo para de alguna forma redimir el pecado o la falta que había cometido. No necesitaba el castigo por un perdón divino, necesitaba el castigo porque necesitaba perdonarme a mi misma, lo que yo sin saber que hacía, había permitido.
Es muy difícil hacerle entender al lector lo que se siente cuando eres niño, y eres totalmente consciente de que tu amiga se ha vuelto loca por tu culpa, y en ese momento era totalmente consciente de ello, más de lo que lo era ningún adulto. Pero también era consciente de la locura, y de lo que eso significaba, porque fui viendo la progresión en ella, cómo de ser normal, se convirtió en una absoluta demente.
Durante muchos años tuve un complejo de culpa tremendo, y ya explicaré en otro relato como pude librarme de ese complejo, pero hoy voy a contar como me autocastigué a mi misma y lo que sucedió a mi alrededor.
Por primera vez en mi vida, me di cuenta de que realmente podía hacerle daño a una persona, no era un daño físico que se cura y a otra cosa, era un daño irreparable y de no solo difícil solución, sino que probablemente, nunca jamás podría arreglar aquello que había hecho. Eso me hizo sentir una persona peligrosa de alguna forma para los demás, así que cuando alguien piensa que el solo hecho que se acerquen a ti o que te hablen, puede perjudicar a la otra persona, lo que uno opta es por la soledad absoluta. Y es muy difícil que una persona normal se aísle completamente, y menos rodeada de gente que más o menos te quiere o te aprecia de algún modo. Supongo que hay que ser muy valiente para hacer lo que hice, pero creo que a pesar de que tenía otras alternativas, mi conciencia no me dejaba otra opción. En mi proceso de aislamiento, tenía que hacer todo lo posible para que nadie me quisiera, y por no tener ninguna relación de ningún tipo con nadie. Necesitaba que la gente me odiara, y por supuesto lo conseguí. Al poco tiempo mis compañeros de clase, al ver que no hablaba con ellos, que no les contestaba, que no quería jugar con ellos, etc. Me fueron puteando, es decir, se sintieron cada vez más dolidos por mi rechazo y no dudaron en ir a por mí. Ahora con el tiempo, comprendo que lo hicieron porque ellos no tenían ni la más remota idea de que me pasaba, ni de que era la Ouija, pero en su momento lo pasé francamente mal, ya que ellos pensaron que les rechazaba porque de la noche a la mañana me consideraba superior o algo así. En ningún momento me maltrataron hablando de la Ouija, que es lo que yo esperaba, esperaba de alguna forma, ser quemada en la hoguera de forma metafórica. Pero no fue eso lo que ocurrió, nadie me echo en cara lo que había pasado con M, o que hubiera hecho la Ouija o algo parecido. Lo que les dolió es que no les quisiera de la noche a la mañana, que no les hablara, que les rechazara una y otra vez. Yo no esperaba comprensión alguna, ni amigo alguno que se me acercara a hablar, no esperaba nada, y sabía que lo necesitaba, pero no lo buscaba, es más, si alguien se acercaba a mi, lo rechazaba de pleno, así que toda ayuda era imposible. Pero me acuerdo, que cuando muchos de mis compañeros de clase, me atormentaban a base de insultos y demás cosas desagradables, para de alguna forma volverme a hacer hablar, hubo alguien que consiguió que al menos dijera algo. A veces en la vida, solo te das cuenta quien realmente tiene corazón, cuando todos los demás no lo tienen. Y ese chico de alguna forma me conocía, y aunque no tuviera ni idea de que me pasaba, sabía como hacerme hablar, y solo consiguió dos palabras "los pájaros", y que recuerde nada más. Porque él fue el único que no me ataco, solo me pregunto "¿que miras por la ventana?". Sí, no solo no le hablaba, sino que tampoco les miraba, evitaba todo contacto, todo. Quizá si alguna vez han visto una película en la que el super héroe con superpoderes, se siente intimidado por sus propias capacidades, podrán entender cómo me sentía yo, siendo encima tan pequeña. El poder de destruir a alguien, no es maravilloso ni te hace sentir bien, te hunde.
Poco después de saber las monjas lo de M, yo hablé con mis padres y les pedí que me cambiaran de colegio, ellos no querían en un principio pero entendieron las razones que les daba, y ese fue mi último curso en ese centro.
Después de irme del colegio vi dos o tres veces a M, ella no superaba que me fuera, pero yo hice todo lo que pude para convencerla de que ella estaría bien, de que nos veríamos de igual forma y de que me iba porque estaba harta de las monjas. La realidad, es que no podía estar más tiempo con esa carga, y viéndola en el colegio, no lo soportaba. Necesitaba salir y empezar una nueva vida, aunque eso era empezar de cero y sola, pero valía la pena intentarlo.
El que mis compañeros de clase me odiaran, me facilito la partida, y el no verlos en años. Algunos los he visto, pero de alguna forma siempre tengo rechazo, no puedo perdonar la forma en que todos o casi todos se comportaron conmigo esos últimos meses. Ahora que sé que las personas pueden comportarse como desquiciados en grupo, comprendo que ellos lo hicieran, pero aun así, es muy difícil perdonar o no sentir un rechazo total por la mayoría de ellos. Quizá porque yo estaba evitando hacerles daño, y hacerme más daño aun, porque sabía que debía irme, y de alguna forma, aunque buscaba que me odiaran, tampoco es fácil soportar lo que soporte en esos meses. Para hacer un símil, es como cuando van a apedrear a Jesús de Nazaret, sabes que en realidad eres inocente, pero que aquello es lo que debe ser. No porque yo sea una mártir, ni mucho menos, sino que sabía que no había otra posibilidad, era lo mejor para todos.
Hasta aquí mi relato. Espero que el lector, si en algún momento alguien le comenta o le invita a una sesión de Ouija, diga claramente NO. El daño, siempre es muy superior al beneficio.




martes, 25 de octubre de 2016

Se cierra el grifo

Lamentablemente es muy probable que la crisis económica que atraviesa España, no solo se prolongue si no que empeore. La razón es que el gran capital no está dispuesto a invertir más dinero en una país tan corrupto, ya que las pérdidas económicas por el movimiento de dinero a personas de gran poder, pero de escasa capacidad productiva hace que invertir en nuestro país no resulte rentable.
El gran capital, invierte en todo tipo de cuestiones, tanto públicas como privadas, pero en España las empresas privadas que son rentables no tienen el respaldo del gobierno, y las empresas públicas están todas tan corrompidas que es inviable el solo plantearse invertir un céntimo en ellas.
Es decir, que por muy buenos que seamos los españoles haciendo nuestros correspondientes trabajos, el gobierno y la administración gestiona las inversiones del gran capital, de forma que siempre circule por las mismas manos de corruptos incompetentes, lo que hace que el país esté en una quiebra total donde a nadie le interesa meter su dinero.
En España se lleva años haciendo propaganda populista diciendo que ciertos partidos políticos solucionan problemas económicos del país, ya que tienen más visión empresarial que otros. Es evidente que no solo no tienen ninguna visión empresarial, sino que la única preocupación que han tenido y tienen es de como robar los fondos públicos para mantener unas empresas privadas que no dan ni han dado nunca beneficios. La mala gestión y la incapacidad para ganar dinero, hace que necesiten robar más y autofinanciar sus empresas con más dinero público. Como es natural, estas empresas cada vez tienen más perdidas, y cada vez necesitan mayor financiación, de forma que el dinero público se acaba y aun así estas empresas siguen siendo una ruina.
Hace ya algunos años que los países más fuertes económicamente hablando, nos han dado la espalda, y cada vez hay menos inversión de capital dentro de nuestro país. No solo no invierten en España las empresas o gobiernos de fuera, sino que las propias empresas españolas que sí saben como hacer rentables sus empresas, lo que hacen es mirar como invertir en otros países ya que son muy conscientes que en España es imposible hacer buenos negocios.
Por mucho que nos hagan propaganda y que nos vendan que un inútil es capaz de hacer algo bien, esto nunca es posible, y como se suele decir "de aquellos barros, estos lodos". Mientras que la ciudadanía no sea consciente de que estamos gobernados por inútiles, incompetentes y corruptos, que son incapaces de hacer nada por levantar el país tanto socialmente como económicamente, pues vamos a ir de mal en peor. Y poca solución queda para esto. Probablemente la agresividad del ciudadano aumente, probablemente la sociedad se haga más intolerante y la situación sea cada vez más insostenible. Pero al tirar la piedra y esconder la mano, los corruptos se quedan impunes y los ciudadanos se pelean entre ellos. Lo que siempre acaba mal, porque es la forma que tienen los gobiernos miserables de hacer que estallen guerras o conflictos sociales dentro de un país, ya sabe el lector que el mal Rey no muere en batalla, sino tranquilamente y de viejo.
Esto pinta muy mal, y como siempre que ocurren estas cosas, la violencia irá aumentando de forma progresiva en la sociedad, y los países vecinos se verán afectados directamente por ella. Porque cuando hay tanta mierda, algo te termina salpicando, y lo lógico es que estos países que poco o nada tienen que ver con el problema de España, intervengan antes de que les de una gran bofetada su desinterés por los problemas ajenos. Pero ya sabemos que no es lo habitual, lo habitual es mirar hacia otro lado y pasar olímpicamente de los problemas ajenos, pero hay que recordar que la guerra civil española fue el ensayo militar para la segunda guerra mundial, así que por el bien de todos es mejor que los gobiernos que ahora pueden no pasen del tema.
Si alguien piensa aun que los emigrantes y refugiados quieren viajar a Europa porque les gusta la idea de dejar a sus familias y hogares para vivir en la calle, ser tratados como esclavos y vejados por la sociedad, entonces tiene que revisar su conciencia. Nadie en su sano juicio quiere o desea una guerra o un problema económico tan grave en su país, y los medios para evitar o acabar con estos conflictos existen, lo malo es que son los políticos corruptos los que se benefician de las víctimas, y esos políticos no solo son españoles, los miserables no tienen nación ni bandera, y están por todas partes.


lunes, 24 de octubre de 2016

El síndrome de Peter Pan o la cultura del YO

Vivimos en un mundo de consumidores, y los estudios de mercado demuestran que las personas con el síndrome de Peter Pan son los mayores consumidores que existen, así que no es de extrañar que cada vez más personas sufran este síndrome.
Muchas personas tienen una idea distorsionada de lo que es la infancia y lo que es ser feliz cuando uno es niño, y buscan desesperadamente comportamientos infantiles pensando que estos se aproximan a lo que ellos creen que es la felicidad infantil, pero nada más lejos de la realidad.
Los niños no son unos seres egoístas que quieren todo YA, y que hacen cualquier cosa para conseguir sus objetivos, eso es lo que los enfermos con el síndrome de Peter Pan, tienen como primer síntoma, el anteponer sus deseos por encima de los deseos de cualquier otra persona. Un niño sano, se conforma con cualquier cosa, y no necesita nada más que el amor de sus familiares para ser feliz.
Cuando era niña recuerdo los veranos de mi infancia en un pequeño pueblo de la Mancha. Allí no teníamos radio, ni televisión, ni siquiera agua corriente. Los juguetes que tenía eran bien pocos, pero eso no me impidió en ningún momento ser muy feliz, y sobre todo ser una niña, que es lo más maravilloso que puede ser uno cuando tiene muy corta edad. Recuerdo como un día estaba con otra niña, y no podíamos entrar en casa a por juguetes, y nos miramos la una a la otra, a ver que se nos ocurría para pasar esa hora muerta antes de la hora de la comida. Juguetes, también son unas simples cartas, pero no podíamos entrar a por ellas porque estaba mi tía limpiando así que había que pensar. No tardamos mucho en observar a nuestro alrededor que podíamos utilizar para jugar durante ese rato, y mirando y pensando vimos las chinas, que son unas piedrecitas muy pequeñas que se utilizan en las carreteras para que los coches no derrapen. Así que ya teníamos las fichas, que son las chinas, unas negras manchadas de alquitán, y otras normales, con su diferentes colores marrones, transparentes o grises. Cada una se cogió las piedras que quiso para marcar su bando. Luego, teníamos que buscar el tablero, que iba a ser un lugar cerca de casa, para que nos vieran nuestros familiares y no nos regañaran, y fue un lugar a la sombra, plano para hacer el tablero y que no se cayeran las piedras, y esa era la esquina de la acera, además las dos podíamos sentarnos una frente a la otra con los pies fuera, muy cómodo. Había que hacer el dibujo del juego, así que pensamos a que podíamos jugar, y decidimos de común acuerdo que jugaríamos a las 3 en raya, sin discusión, el juego era para pasarlo bien las dos. Teníamos que buscar algo para hacer el dibujo del tablero, otra vez a pensar. Buscamos un trozo de teja caído, que nos serviría de tiza, pero no encontramos, aunque sí encontramos un pequeño trozo de cal, que es con los que se pintan muchas casas en los pueblos. Con eso trazamos el tablero, todo listo y a jugar un buen raro, aunque como no nos gustaba perder a ninguna de las dos, tuvimos que dejar el juego porque nos llamaban para comer, sino hubiéramos seguido porque te picas y sigues a ver quien gana más partidas. Eso es ser niños, y eso es ser feliz siéndolo.
En ningún momento en mi relato de infancia, aparece algo relacionado con el egoísmo o el materialismo. Los niños se pelean también, yo me peleaba, aunque muy pocas veces, pero eran peleas que cuando eres niño son realmente transcendentales. Nos peleábamos si pensábamos que uno había hecho trampas a otro, o si era mentiroso, o cruel, o si tenía malas intenciones. Recuerdo que no soportábamos los comportamientos agresivos o violentos, y que todos nos volcábamos para regañar a un niño que había empujado a otro, aunque fuera de broma o por error, los niños tienen una gran moral y una gran ética que como fuerza de grupo puede moverse de una forma increíble, siempre por el bien de la mayoría y con la intención de educar y educarse los unos a los otros.
Esta actitud de protección y educación de grupo, tampoco existe en el síndrome de Peter Pan, porque otro síntoma es el aislamiento, y el creer que todo lo que haces está bien y que eres perfecto, sin escuchar a nadie más que a ti mismo. Mientras que los niños se educan, y por tanto se escuchan los unos a los otros.
Las personas con el síndrome de Peter Pan, en su creciente egoísmo se vuelven cerradas y obtusas, lo que las hace comportarse de forma violenta tanto física como psicológicamente, con las personas que los rodean, porque son estas las que les facilitan o las que impiden sus deseos más viscerales. Como ya he dicho, los niños pueden jugar a juegos violentos, pero no se hacen daño, y no solo rechazan la violencia física y psicológica, sino que actúan en manada en contra de ella.
Los niños tampoco soportan el egoísmo y el individualismo. Tampoco soportan a otros niños que presumen de cosas materiales, suelen alejarse de ellos, porque consideran que estas enfermos o faltos de afecto. Lo que los niños tienen muy claro es que compartir es un síntoma de amor, y que presumir de algo es la carencia de algo, así que sí un niño es muy presumido, suele estar bastante aislado. No es que le tengan envidia, más bien todo lo contrario, suelen tener lástima de los niños así, y los suelen ignorar.
Las personas con el síndrome de Peter Pan, suelen presumir mucho y tener muchas posesiones materiales, a cual más absurda y más inútil. Y por supuesto, suelen hacer cosas para llamar la atención de otros y así creerse mejores. Pueden hacer deportes de riesgo cuando nunca han mostrado interés por ellos, o pueden hacer viajes a lugares exóticos solo para hacerse una foto y presumir del gasto.
Los niños, sin embargo, lo que hacen es vivir las experiencias. Abrir bien los ojos, y tener los sentidos al 100% para absorber toda la información que les rodea. Da igual que le lleves a un niño a Disneyland o que le lleves al parque, ellos solo están percibiendo sensaciones. Y sí perciben amor son felices, pero si perciben que sus padres están preocupados por el gasto que supone comer en un restaurante, son infelices, porque ven que sus padres no están disfrutando del paseo con ellos. Es decir, que un niño sano, no está pensando en presumir de su viaje, son sus padres los que les inducen a que lo hagan, por propio ego, pero un niño normal solo se acuerda de lo bien o lo mal que lo ha pasado y de con quien a jugado a reído o a disfrutado durante esos pequeños ratos de amor y familia.
Cuando vemos comportamientos nada infantiles en los niños, es porque los niños se comportan así para agradar a los adultos, pero cuando los niños están juntos sin la mirada inquisidora de los adultos, los niños se comportan libremente sin la manipulación egoísta y materialista que impone la sociedad adulta. Por eso, para la mayoría de los niños, los adultos se comportan como locos, ya que no entienden los comportamientos insanos de los adultos, porque para un niño las cosas son más simples y claras.
Para poner un ejemplo. Los niños saben solucionar sus problemas sin la presencia de adultos, y cuando los adultos intervienen, una tontería resuelta rápidamente, se puede convertir en un problema serio. Me acuerdo de un amigo que a una amiga la llamo de broma "negrita salvaje", era una tontería que le salió espontánea porque la chica era muy burra jugando, y como nos habían hecho leer un libro sobre un negro africano que era medio salvaje, que el libro no era para niños en absoluto, pues el muchacho haciendo una broma absurda, la insultó sin querer. Ella al oír el insulto, lo dijo a los profesores, y él sin darse cuanta se vio llorando y pidiendo perdón por algo que para él no había tenido intención de ofensa, solo la estaba diciendo que no fuera tan bestia jugando, probablemente porque ya se había llevado más de un empujón o patada de ella, porque la chica era muy corpulenta para su edad, y el chico se sentía intimidado por la corpulencia de esta, ya que él era bastante delgado y aunque era alto, con un empujón fuerte de ella, el muchacho se caía al suelo. Esto los adultos no lo vieron, solo el insulto, así que la amistad de ellos dos, la confianza mutua y el amor que sentían, desapareció por una tontería donde los adultos intervinieron de forma nefasta.
Sin embargo el síndrome de Peter Pan, hace que las personas que lo padecen, tengan un comportamiento sádico y psicopático. Disfrutando insultando y vejando a todo el que no satisfaga sus deseos, o al que le diga que sus deseos ni son órdenes, ni muchas veces tienen sentido alguno, es más, la mayoría de las veces son caprichos absurdos que no llevan a ninguna parte y que más perjudican a todos que benefician a nadie. Ay de aquel que tenga un gilipollas con el síndrome de Peter Pan como jefe...
Por último decir, que como el síndrome de Peter Pan, está aceptado socialmente, es tremendamente contagioso, te puedes volver un completo gilipollas de la noche a la mañana si estas rodeado de gente así. Porque es  muy fácil dejarse llevar por este tipo de persona que te hace creer que se es muy feliz comportándose como un imbécil y como un inmaduro. Además son personas manipuladoras que no les importa el daño que hacen a nadie, es más, disfrutan haciendo daño. Muchas veces, destruyen parejas estables por el solo hecho de ver sufrir a los dos, ya que una persona con esta enfermedad no es capaz de amar a nadie, así que odia que la gente se quiera o que sea feliz. Una persona con esta enfermedad siempre esta sonriendo, pero no es feliz, su sonrisa en una sonrisa de sádico que solo piensa en la próxima putada que va a hacer para su solo disfrute. Probablemente, les ponga cachondos hacer daño a cualquiera, y cuanto más daño hacen mejor se sienten. Pero como es una droga que dura poco, deben hacerlo cada vez más a menudo, y cada vez a más gente. Al crear nuevos adictos, disimulan sus adicciones y así se va expandiendo la enfermedad. Lo que hace que tengan marionetas que hacen por ellos daño a personas que nada tienen que ver, y que no saben de que va el tema, ni siquiera se lo esperan. Por eso muchas veces, vemos cambios repentinos en la personalidad de personas adultas y no encontramos la explicación, y es que un verdadero hijo de puta (o hija de puta) disfrazado de Peter Pan, esta jodiéndote la vida, directamente o utilizando una marioneta para hacerlo.
Creo que la única solución para acabar con esta peste, es acabar con la aceptación de personas así. Debemos aprender de los niños, y hacer lo que hacen ellos cuando ven a un niño egoísta y materialista, y es ignorarle. Pasar de esta gente es la forma de hacer que cambien su comportamiento y que no hagan daño a otras personas, que sus manipulaciones no surjan efecto y que esta enfermedad tan grave se erradique de nuestra sociedad de una vez por todas. Si los niños son capaces de hacerlo, ¿por qué los adultos no podemos?.

jueves, 20 de octubre de 2016

La hucha

Mientras que en Alemania se están preparando para no se sabe bien qué, diciendo a su población que van a volver a instaurar el servicio militar obligatorio, y que por si acaso, que tengan todos en sus hogares agua y comida para 10 días sin abastecimiento. En España, nos descubren que no solo los políticos se han gastado casi todo el dinero reservado para pagar las pensiones, sino que lo poquito que queda se lo van a seguir repartiendo entre ellos ahogando a la ciudadanía cada vez más.
En España no podemos permitirnos el lujo de tener provisiones para 10 días en casa, porque tenemos que vivir al día, y eso de momento. Los pensionistas de 600€ son los que están movilizando el país económicamente, ya que los trabajadores no pueden con los gastos que tienen y los desempleados menos, así que de una forma u otra, todos tiramos de las pensiones. Los funcionarios, en los que se incluyen los políticos, aunque algunos no sean funcionarios de contrato fijo, sí tienen sus mismos privilegios. Esta lacra social, no deja ni un solo céntimo en la sociedad, ya que todos sabemos que los funcionarios o contratados por el estado, dejan el 100% de su sueldo en grandes empresas internacionales. Así que los Españoles pagamos a una gente, que en un 99% de los casos no sirve para absolutamente nada, y su dinero no se re invierte en mejorar la economía del país, sino que se va muy lejos.
Pero claro, esto es una minucia. Hay que volver al problema real. Los políticos nos han robado y nos siguen robando. Y por muy conscientes que seamos de ello, no nos devuelven la pasta, así que el problema se agrava, porque con las prisas están robando más rápido y mejor. Y como es natural, los que tapan y permiten todo esto, son otros funcionarios o contratados por el estado, que se llevan su parte del botín.
Por otro lado, a los ciudadanos nos tienen ya aburridos con sus historias absurdas que ya cada día nos dan más igual, porque sabemos que no lo van a solucionar porque TODOS, están metidos en el ajo, y a NINGUNO le interesa que esto se acabe y que el país funcione de verdad.
Eso sí, no se te ocurra ni moverte. Estamos en un estado policial, los españoles de a pie, los ciudadanos que trabajamos todos los días para comer y los que mantenemos en país a flote, estamos más perseguidos que nunca. Los ayuntamientos ya se encargan de decirnos a todos, que bueno, los políticos pueden robar millones de euros de las arcas del estado, pero como tu bebas un poco más de la cuenta la multa de 500€ no te la quita nadie. Y eso si bebes, que si trabajas te persiguen igual. Las escusas para robar a mano armada al ciudadano cada día son más peregrinas, y el acoso a la pequeña y mediana empresa es brutal. Los negocios no solo no pueden prosperar, sino que son acosados de tal forma por el estado, que al final desisten y cierran. Mientras, las grandes empresas de capital extranjero, apoyadas por los fondos públicos y por el dinero que invierten los funcionarios en ellas, siguen prosperando como en los mejores tiempos, ganando tanto dinero que les es imposible controlar o saber en que invertirlo.
También están saliendo a la luz, las adjudicaciones con extorsiones. Es otro secreto a voces, que todo español bien informado sabe. Los ayuntamientos siempre a cambio de dinero han dado concesiones a sus amigos y familiares, de forma que el dinero público siempre se invierta en las mismas familias, y alimente solo a estas. Así que no es de extrañar, que en medio de parques públicos haya bares que siempre han sido de la misma familia, y que si necesitan una reforma o algo que active su negocio se tira de dinero público y a otra cosa.
Es todo de un absurdo tan grande, de un despropósito sin medida, y de una desfachatez que asusta, que el pobre españolito acostumbrado a que le tomen el pelo, y no poder ni quejarse, solo levanta los hombros diciendo "es lo que hay", y a currar, si le dejan claro.
¿Quién se extraña de que llevemos un año sin gobierno?. Lo realmente sorprendente es como a pesar de tanto inútil que nos está gobernando desde hace más de 80 años, estemos todavía vivos y podamos comer todos los días.

jueves, 6 de octubre de 2016

El gran golpe

Durante años el ladrón bicéfalo ha conseguido engañar a millones de ciudadanos dando a entender que existían dos opciones políticas muy diferenciadas, una de color azul y otra de color rojo. Sin embargo, el ladrón bicéfalo solo tiene un color, el del dinero.
La propaganda política en España siempre a tenido dos vertientes que al final eran las dos caras del mismo ladrón bicéfalo. Por un lado está la cara de los más conservadores, que representan a la oligarquía y monopolio empresarial, que ofrece trabajos miserables y de esclavitud, a cambio de perder todos los derechos sociales imaginables, y de robar a gusto de las arcas del estado. Por el otro, está la cara de los progresistas, estos defienden a la oligarquía y monopolio de los funcionarios públicos, que pertenecen a las mismas familias que la oligarquía del bando conservador, pero que en este caso ofrecen decadentes ayudas sociales a cambio de puestos de poder dentro de la administración pública y de por su puesto, meter la mano en la caja del estado para uso propio ya que ellos mismos se consideran con derecho a usar los fondos del estado como les plazca.
Así pues ninguno de los dos bandos, ninguna de las dos caras del ladrón bicéfalo, defiende los intereses de la ciudadanía, y por supuesto, ambos se dedican a usar el dinero público a su antojo, dando alguna limosna de vez en cuando al ciudadano para que este no se queje mucho y siga votando a cualquiera de las dos caras del ladrón bicéfalo sin cuestionarse más.
Hoy en día, los casos constantes de corrupción que salen en la prensa, y la propia desfachatez de los políticos, hace que muchas personas vean solo una pequeña parte de la magnitud de la estafa nacional. Pero el español medio es duro y fuerte, y sigue votando al ladrón bicéfalo porque está totalmente convencido que lo que hacen los políticos es por el bien del país. Yo me pregunto ¿por el bien de qué país?, porque está claro que por el bien de España o de los que vivimos aquí, seguro que no es.
La cuestión es; ¿cómo es posible que todavía alguien pueda votar al ladrón bicéfalo?. Aunque parece complejo contestar a esto, si preguntamos a los obcecados españoles que les votan, las razones de su elección política, veremos que no son ideales los que priman, sino el más puro sentido práctico. Y esos votantes tienen algunas características.
En general, los votantes del bando azul, tienen miedo de perder su estatus social, sus privilegios. Pero hay muchos votantes del bando azul que son esclavos voluntarios, personas que dicen que necesitan una autoridad fuerte que decida por ellos, y que les imponga un trabajo miserable lleno de sufrimiento y dolor.
Sin embargo, los votantes del bando rojo, tienen miedo a perder las pocas ayudas sociales existentes. Y muchos votantes se sienten que son más libres porque votan a un partido que les da esperanzas de progreso social, cuando en realidad hace exactamente lo contrario, retroceder tanto social como económicamente el país.
Ahora tenemos la supuesta opción de nuevos partidos con ideas revolucionarias y renovadoras. Pero estos partidos no convencen a la ciudadanía que conoce bien como es el ladrón bicéfalo, y desean que desaparezca de España, tanto el partido como el poder oligárquico que representa.
¿Por qué no convencen los nuevos partidos?. Porque no demuestran realmente al ciudadano que son diferentes al ladrón bicéfalo, sino más bien parecen marionetas al servicio de este. Es decir, son lo mismo pero con colores distintos.
Es cierto que muchas personas se han implicado hoy en día en política porque la situación social y económica es tan complicada en España, que obliga a todos a movernos para levantar el país. Sin embargo, aquí siempre lleva el control el mismo grupo reducido de personas, y si hay alguno que se salga del redil, ya sabemos que va a terminar viviendo debajo de un puente.
Yo no dudo, que en los nuevos partidos haya gente luchadora, con ganas de cambiar las cosas, y poner a España a la altura de la mayoría de sus ciudadanos, marginando de una vez por todas a la decadente sociedad oligárquica impuesta por el ladrón bicéfalo. Pero es muy complicado, que sin el suficiente apoyo de la unión europea, o de otros países interesados en que España funcione, el cambio sea posible. Lo que es lamentable, porque no asistimos a la muerte del ladrón bicéfalo, sino al resurgir del dragón ladrón, ahora más que nunca con una sola cara y una sola misión, la sumisión total y absoluta del esclavo ciudadano.