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jueves, 4 de mayo de 2017

Regalamos puestos de funcionario público

Es increíble que un país en bancarrota pueda dedicarse a crear puestos de trabajo de por vida, pero es lo que está ocurriendo. Podemos intentar analizar porqué se están creando estos puestos vitalicios en un momento en el que lo que deberían hacer es eliminar el contrato de funcionario, y reducir en más de un 80% la plantilla de empleados públicos, para que la economia pueda comenzar a moverse en positivo. Cuando hay recortes en todo, resulta que el número de puestos de funcionario aumenta, los sueldos de los mismos no descienden y sus privilegios aumentan, lo que nos demuestra que hay grandes mentiras dentro del estado y una mafia y una corrupción insostenible.

De la siguiente página podemos extraer mucha información, de forma rápida sobre las ventajas de los funcionarios públicos.

 http://zenparaopositores.com/10-ventajas-de-ser-funcionario-la-numero-8-te-sorprendera/

La seguridad:

Sin duda esta es la principal. Es un empleo estable.  Mes tras mes recibes tu salario y dos meses al año una paga “extra” (dependiendo de la comunidad y de la crisis).  Si lo deseas puedes seguir trabajando en la función pública hasta tu jubilación.  Los casos de reducción de plantilla o de despidos que ocurren en el sector privado son aquí inexistentes.  La posibilidad de que te abran expediente disciplinario es muy remota.  Cuando aprobé mis oposiciones hace muchos años recuerdo que un inspector nos comentaba bromeando que poco menos tendriamos que clavarle a Manuel Chaves un lápiz en el ojo para que esto ocurriera.

Las vacaciones:

Si te dedicas a la docencia disfrutarás de más vacaciones que en cualquier otro trabajo.  Si estás en la Administración al mes de vacaciones, días de Navidad y días de Semana Santa hay que añadirles 6 “moscosos” (días de asuntos propios llamados así por el ministro que reconoció este derecho).

En Educación no puedes elegir tus vacaciones y no tienes moscosos pero en la administración pública hay una cierta flexibilidad para elegir el mes de vacaciones.  Esto no ocurre en el sector privado.

El desayuno del funcionario:

Martirio satirizó esta práctica en su blues por sevillanas “¿Quién habrá inventao el fin de semana?”  En épocas de menos trabajo, los 20 minutos de desayuno asignados a los funcionarios de la Administración, no son, por regla general, respetados a rajatabla.  Si eres docente no tienes esos 20 minutos pero si  un tiempo de recreo con turnos rotatorios.

El horario:

En el sector privado está “mal visto” irte a casa a tu hora.  Tu dedicación a la empresa se mira con lupa.  Y se tienen por más dedicados a las personas que se van más tarde a su casa.  Si eres funcionario  normalmente entras a tu hora y sales a tu hora .

 Los derechos laborales:

Jubilación, cotización en la Seguridad Social, igualdad salarial para hombres y mujeres, flexibilidad en el vestir etc. etc. son incuestionables en el sector público.  No siempre así en el privado.

 El control:

Tus superiores no son los que te pagan tu sueldo.  En la pública hay, por lo tanto, menos control.  En el ámbito privado  a tu jefe le duele más que  seas menos productivo.  Adivina donde hay más estrés.

 La movilidad geográfica:

Esto puede ser una ventaja y una desventaja.   Para empezar, la Administración permite mediante concurso de traslado o por problemas de salud y otros asuntos la movilidad geográfica para desempeñar el mismo trabajo en otro lugar.  Pero en educación, por ejemplo, puede darse el caso de que quieras vivir en Sevilla y te manden a trabajar a Almería.  Con el tiempo puedes concursar e irte acercando a tu objetivo pero esto puede tardar bastante.  En el sector privado estás al servicio de tu empresa y tendrás que ir a trabajar donde te manden.

Si trabajas para la Administración todo dependerá de si esta es nacional, autonómica o local.

La Competitividad:

Algo que en la empresa privada puede ser feroz, en el sector público, en cambio se da muy poco.  Los funcionarios no están tanto por competir como por llevar una vida relajada.  Las posibilidades de promoción en la pública son además limitadas y esto es lo que más contribuye a bajar el nivel de ambición.

 Las faltas de asistencia:

Son fácilmente justificables en la pública.  En el sector privado cualquier falta, incluso por una enfermedad leve están mal vistas.

El estrés:

Creo que no hace falta decir dónde hay menos.

Pero además hay que añadir que este puesto vitalicio, que en teoría sale a concurso y después a oposición, donde miles de personas optan a este puesto, es un puesto dado desde el principio a una persona con nombre y apellidos (en un 80% hace unos años en un 100% en la actualidad). Lo que demuestra que hay un clasismo y un favoritismo maquiavélico dentro de las instituciones públicas.
Cuando no se elige por competencia a la persona que va a ocupar un puesto en el estado, y se sabe de sobra que esta persona puede ser totalmente incompetente e incluso ser un psicópata, y servir al estado de por vida, trabaje o no, vaya a trabajar o no, cumpla correctamente con sus funciones o no. Tenemos el grave problema de pagar entre todos a millones de inútiles sin poder hacer nada para remediarlo. Una lacra para un país que desde luego ni se merece, ni puede soportar tal abuso de poder y tanta mezquindad.
Un funcionario se cree un ser superior al resto de los ciudadanos, porque tiene unos privilegios económicos que los demás no tenemos, y todo por tener lo que en España se llama "padrino"o también "enchufe". Pero ese padrino no es una persona que tiene una empresa privada, es una persona que ocupa un puesto de responsabilidad en un puesto del estado español y que utiliza su poder y sus influencias para colocar "a dedo" a familiares, amigos o personas afines a sus propios intereses. +
Para demostrar que esto que escribo es la autentica realidad, y no una mera opinión, no hay más que ver la consanguinidad de los funcionarios en este país. Como familias enteras ocupan dentro de la administración puestos de funcionarios, como si fuera algo heredado, una finca o algo así.
Varios ciudadanos y periodistas llevan muchos años denunciando este abuso, pero aun no hay ninguna respuesta de nadie, y parece que seguimos aplaudiendo y queriendo ser todos funcionarios, cuando la solución es eliminar estos privilegios en los contratos y forma de trabajar dentro del estado. Al fin y al cabo, están para servir al pueblo no para que el pueblo les sirva a ellos, que es lo que sucede desde hace décadas.