Es curioso como nos manipulan a todos de forma que hagamos lo que un grupito de locos asesinos inhumanos quieren que hagamos.
Hay que dar gracias a estilistas, diseñadores de alta costura, publicistas, etc. A la aparición de la anorexia. Sí, nadie se hace responsable de algo que es real, y que sigue existiendo. Una enfermedad provocada por la sociedad, pero no es la única.
Demos gracias, a las grandes empresas de tabaco, a Hollywood y a todos los fabricante de "sueños", por haber dotado a una gran parte de la humanidad de un pesadilla constante llamada cáncer. Que no hay que darles todo el mérito, porque el cáncer también se produce por la toxicidad de ciertos añadidos a los alimentos, que son totalmente legales, A medicamentos con efectos secundarios que son irreparables, a la toxicidad del aire por inhalación debido a la alta concentración de combustibles fósiles y a otras maravillas que los gobiernos aplauden a cambio de miles de millones en sus cuentas privadas.
Demos gracias también, a la sobre población de países "tercermundistas". Que aunque supuesta mente pasan hambre, sus mujeres son más fértiles que la media europea. Y da la casualidad de que sus países de residencia siempre están en guerra, como también es casualidad, que estas guerras beneficien económicamente a empresas del "primer mundo". A cambio, la castración, esterilización, he infertilidad de los privilegiados primermundistas, donde existe desde hace décadas un decaimiento poblacional, y hay que recurrir a la inmigración y a las .clases menos favorecidas, que aun siguen teniendo hijos a cambio de una limosnita estatal.
Todos estos problemas, y muchos más harto conocidos por todos, no son un problema global, que debemos salvaguardar los millones de afectados. Son un problema inducido por una clase minoritaria, que concentra el poder y la economía del planeta.
Vamos que si no lo remediamos pronto, en vez de dar gracias a Dios, por tener salud, trabajo, o simplemente estar vivo. Tendremos que dar las gracias a corporaciones o empresas multinacionales. Aunque para muestra está una marca de refrescos que en su publicidad ya dice que colabora con la sociedad, haciendo y realizando actividades solidarias. Pero en sus anuncios no citan los millones de personas que han muerto gracias a su financiación. Los millones de personas que trabajando para su empresa viven como esclavos, o simplemente no tienen los derechos como trabajadores dignos, que deberían tener.
Sí, definitivamente, me quedo durmiendo muy tranquila sabiendo que el estado vela por mi seguridad, mi salud, y mi felicidad. La mía, y la del resto del planeta.
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