España es un país curioso, en el que en vez de hacer cosas rentables, con grandes profesionales. Se dedica la inversión publica, a inútiles que tiran el dinero de los ciudadanos.
Personas que no son capaces ni de servir un refresco en un bar, en España son Catedráticos, Ministros, Alcaldes, Diplomáticos, Investigadores...
Esto explica muchas cosas, ¿verdad?.
Pues sí. Ser una persona competente, responsable, y profesional en España, es la mejor manera de hacer las maletas para marcharte a otro país. Aquí los inútiles se pagan a precio de oro, a más tonto y torpe, más dinerito al mes. No es de extrañar que muchos ministros que han demostrado públicamente, de forma histórica, su completa nulidad para ese o cualquier otro cargo, recibían y algunos reciben, milloncitos del estado, premiando sus absoluta incompetencia y carencia de cualidades.
Yo creo que antes nombrar a alguien un cargo como el de Ministro, ya se sabe de que pie cojea el sujeto, no es necesario que deje en ridículo a todo el país, ¿no?. Lo que ocurre, es que al ser una norma generalizada, tener un completo inepto al cargo de algo, pues uno más, tampoco se va a notar.
En el país de la picaresca, todo el mundo sabe, que para demostrar que uno no es un completo inútil, aún siéndolo, no hace falta nada mas que un titulito. Título que es más valido si es de una universidad privada estadounidense, aunque no la conozca ni su madre en EEUU, pero vale. Sobre todo para tener catedráticos que además de cobrar por no hacer nada, molestan a los que quieren hacer algo, ocupan un cargo, y aprovechando su estatus de poder, eliminan a la competencia, o a la discrepancia, de un plumazo. Así que se puede decir, que son imbéciles titulados, pero imbéciles al fin y al cabo.
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