El fallo humano

La comunidad de Madrid achaca el contagio de la enfermera Teresa Romero a un fallo humano. Y por una vez dicen la verdad, es un fallo humano, pero no de la enfermera que hace lo que la dicen y en las condiciones laborales que la dan. Si no de todos los que han gestionado desde un principio, la traída de enfermos con ébola, a un hospital que no cumple ni las condiciones físicas de acondicionamiento necesarias, ni la preparación requerida por todos los implicados.

Algunos innombrables dicen que no hay que formar a nadie para ponerse y quitarse un traje de seguridad. Y es que la formación, no consiste en ponerse un traje, consiste en saber trabajar con un alto estrés físico y psicológico, y conocer muy muy bien agentes de alto riesgo, cosa que una enfermera no tiene porque saber, porque los que tenemos formación en ello, sabemos que es algo que no se aprende en una hora.

Yo les diría a los innombrables, que si no es preciso formar a nadie, que vayan a Chernóbil con pantalones cortos y el con el uniforme en la mochila, a ver que hacen. 

Para el que no lo sepa, ponerse este tipo de equipo de trabajo de alto riesgo, requiere de un buen entrenamiento, y de un mejor conocimiento de los riesgos. Esta preparación no la tenían.