La Navidad era no simplemente una celebración del nacimiento de Jesús para los cristianos. Sino eran las semanas del respeto, de la tolerancia, del reencuentro, de la solidaridad con el prójimo, en definitiva de la recuperación de la humanidad gracias a la paz y al amor que nosotros mismos nos imponíamos como tradición en estas fechas.
Por eso, convirtieron poco a poco pero de forma permanente, la Navidad en el mes de las compras y los gastos en gilipolleces que solo justifican ir al centro comercial a comprar algo que el futuro propietario podrá cambiar por otra cosa. Vamos, que no tiene razón ninguna de ser, y se podría suprimir esta Navidad corporacionista sin problema. Últimamente, parece que a los políticos también les molesta la Navidad porque el gasto se dispara, hay que hacer más actos sociales, en un engorro todo el trabajo que da a los funcionarios, etc. Vamos que es mejor quitarlas y listo. A pesar de que con la mierda de adornos navideños muchas empresas de la oligarquía hacían su agosto, pero na, se les pone ha hacer otro tipo de chorradas y ya está, aquí el negocio se mantiene. Pero quitamos el Belén, quitamos todo aquello que no sea comercial, que recuerde el antiguo espíritu de paz y amor, y vamos para delante. Y en vez de los 3 Reyes Magos, traen los regalos las 3 fulanas, que total es mucho más intrusivo y da votos de progres. A mi me hace gracia, cuando algún alcalde o alcaldesa se quiere comparar con capitales europeas refiriéndose a vanguardia y modernidad, que más bien es estafa y corrupción utilizando mierda que dicen que es arte, pero porque ellos lo dicen, y los demás lo pagamos, porque mierda es a todas luces. Y así, entre puesto y puesto, o mejor dicho, entre centro comercial y multinacional o similar, pues nos gastamos lo que no tenemos, y lo que nos regalan las Navidades es una depresión tremenda en vez de el bienestar que deberían aportanos.
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