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sábado, 20 de septiembre de 2014

Identidad

Identidad, qué es la identidad. Identidad, es identificar, numerar, clasificar, catalogar, seleccionar, etc. Es una palabra que personalmente me da bastaste miedo. Me recuerda a las películas de la segunda guerra mundial, cuando un soldado para a un viandante y le dice con cara de pocos amigos ¡identifíquese!. Mal, a mi me dicen eso, y me entran ganas de ir corriendo al baño, solo del susto.

No entiendo esto de la identidad, la verdad. Si alguien me preguntase con que me identifico dentro de mi país, pues no sé que le diría, lo primero que se me ocurriría sería algo como; la tortilla de patatas, el jamón serrano, ibérico o de bellota, que igual da, el cocido madrileño, la paella valenciana, el pulpo a la gallega, la butifarra catalana, el bacalao a la vizcaína, el gazpacho andaluz, las yemas de Ávila, los Miguelitos de Albacete...

Yo soy una defensora de la cultura, creo que es importante conocer cómo vivían y como sentían nuestros antepasados, celebrar nuestras fiestas y costumbres, y recitar nuestros poemas y canciones. Pero una cosa es rememorar la época de Goya, y otra cosa, es pretender vivir en ella.

Hay una canción que dice "cualquier tiempo pasado nos parece mejor". Y es totalmente cierto, el tiempo diluye lo malo, y fortalece lo bueno. Por eso la historia es tan importante, para no olvidarnos de lo bueno, de lo malo, y de lo regular.

Como ciudadanos de un hermoso planeta, debemos mirar hacia delante, nunca hacia atrás. La historia está para aprender de ella, no para imitarla, y mucho menos, para repetir sus errores. Por eso, aunque yo no quito la razón a todos aquellos que defienden sus derechos y libertades, si les digo, ¿estáis seguros de lo que pedís es libertad y derechos?. En un mundo donde se debería quitar las fronteras, y eliminar estas supuestas diferencias que nos identifican a unos de los otros, que nos separan más bien. Me da que pensar, que cuando se quiere separar un pueblo de otro, el que lo promueve económicamente, el que está detrás de la ciudadanía, no es más que un presidente que quiere ser rey. Porque el lector entenderá que las ansias de poder le dicen a uno, "no es lo mismo ser el presidente de una comunidad autónoma, que ser el presidente de un país". Y cuando sea presidente, al día siguiente dice que es descendiente directo de no se quien, se autoproclama rey, y declara el absolutismo en su nuevo reino. Por favor, que la historia da muchas lecciones de ego, como para que caigamos en la misma broma pesada.

La libertad, es la libertad de elegir libremente, no hay que confundir libertad con borregismo. El que millones de personas prefieran ver un partido de futbol a leer un libro, no significa que sustituyamos los libros de texto en los colegios, por balones de futbol.

A mi me gusta mi país, y siempre he pensado que es igual de norte a sur, y diferente a la vez. No hay más que cruzar la seca y llana Castilla, o los verdes y montañosos Pirineos, para ver que es diferente. Pero no somos tan diferentes como para clasificarnos. No lo veo así, no creo que el remedio a nuestros problemas sea la individualización, si no que más bien es la unión como pueblo lo que nos ha hecho fuertes, y lo contrario, lo que nos debilita. Cuando oigo o leo, las grandes gestas de mi país, me emociona pensar, que eramos todos, todos a una, los que hacíamos algo, sea o no sea muy lícito con el paso del tiempo, pero eramos fuertes por ser uno. Si volviéramos a ser uno, no habría más sufrimiento, más desgracias, o más penas, pues como uno, somos capaces de hacer cosas imposibles. Pero hace demasiado tiempo, que hemos dejado de sentirnos así.


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