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miércoles, 2 de enero de 2019

Un problema de genero

Para la mayoría de los españoles la cuestión de genero que está moviendo la oligarquía, les parece algo más propio de un planeta extraterrestre, porque en realidad, las personas normales, las que no pertenecen a la oligarquía, tienen problemas reales, comunes y corrientes, que las leyes que se imponen, los discursos y debates, no tienen nada que ver con su día a día.
Cada casa es un mundo, y sí, cuanta más personas y parejas de todo tipo y lugar dentro de este hermoso país se conocen, más se puede afirmar que en la mayoría de los hogares se constituía el matriarcado. Donde la madre trabajadora siempre, a veces en casa, a veces dentro y fuera de ella, organizaba y administraba el hogar. Por eso, muchas veces se puede leer lo de "el hombre propone y la mujer dispone", en alguna que otra taberna de pueblo. El machismo, que es algo que ha existido siempre, ocurría en algunas casas, y muchas veces, las propias mujeres eran las que ondeaba la bandera del machismo porque les beneficiaba en cierto sentido. El sentido del beneficio era ahorrarse trabajos que para la mujer en aquel tiempo resultaban más pesados que otros, como trabajar en el campo, o hacer trabajos más mecánicos y menos creativos. La selección de una tarea voluntaria, no se puede considerar machismo, porque es la propia madre la que le obliga al hijo varón a ir a ayudar a su padre al campo, cuando puede decirle lo mismo a su hija. Por suerte, yo he visto mujeres trabajando igual que un hombre en el campo, y hombres trabajando igual que una mujer en el hogar, sin tener ningún perjuicio de ello, y eran nacidos a principios del siglo pasado, sin embargo, lo que se consideraba no era tanto si una tarea era propia de uno o de otro, sino quién hacía mejor una tarea u otra. Por tanto, si en España a nivel general del pueblo llano, no existía machismo como nos dice la propaganda ahora, ¿de dónde sale toda esta historia del género?.
Cuando Franco llegó al poder, impuso una serie de normas sociales y culturales, que no es como dicen propias del fascismo, sino del franquismo que es algo distinto. En este régimen dictatorial, solo el líder tenía derecho a pensar, y los demás la obligación de obedecer. Así pues se fue imponiendo una serie de pautas de conducta para hombres y mujeres, que la oligarquía copia y pega hasta la actualidad en sus desgraciados vástagos.
¿En qué consiste esta pauta de género?. Básicamente en una pareja debe haber una representación masculina y otra femenina. No importa que sean dos mujeres o dos hombres los que forman la pareja, lo importante es que exista la representación de ambos géneros. El trabajo que ejerzan tampoco es muy importante, si los dos trabajan mejor, porque así los dos representaran la fuerza y el poder de la genética oligárquica. Pueden intercambiarse actitudes, aunque por lo normal, siempre uno elige una y el otro la otra, aunque no coincida necesariamente con el sexo fisiológico que tiene al nacer. Puede un hombre ser demasiado sensible y tener conductas neuróticas e histriónicas que más caracterizan a algunas mujeres, y mujeres con carácter frío, calculador y práctico, propias del estereotipo de hombre. Pero al régimen le daba igual eso, porque dentro del mismo la homosexualidad y bisexualidad era algo demasiado cotidiano. Lo que si importaba era en realidad el mecanismo de funcionamiento sadomasoquista de la pareja, la lucha de poder interno, y la esclavitud y absoluto control de los hijos. Hijos que son criados solo para la continuidad de la casta oligárquica y de sus pensamiento, nada más. El o la que hace el rol de mujer, pide ser maltratado, ser vejado cuantas más veces mejor, pues es una señal del poder de lo masculino. El o la que hace de hombre, debe maltratar tantas veces como pueda al rol complementario que hace de mujer, debe humillar y ridiculizar en cuanto tenga la más mínima oportunidad. Si entras dentro del sistema oligárquico, aunque sea de forma accidental, debes aceptar estos roles. No es raro en España encontrarse con una mujer que trabaje muy duramente para traer dinero a casa, mientras que el marido y los hijos solo se limitan a gastárselo en cuantas más gilipolleces mejor, mientras ella, está muy orgullosa de su familia y del trato que se le da. Tampoco es raro, encontrar a hombres que mantienen a mujeres que no hacen absolutamente nada de nada, solo se limitan a ponerse hermosas y buscarse entretenimientos, que pueden costar más o menos caros, como una partida en un casino o contratar los servicios de un profesional del sexo, ya que es sieso de tu marido te aburre sobre manera. Y sí, estas mujeres son tan maltratadoras como la versión masculina, porque como ya he dicho, no es cuestión de sexo, sino de rol dentro de la pareja. Puede perfectamente ella, humillarle a el, pegarle, vejarle, robarle el dinero, etc.
Dentro del sistema oligárquico esto está tan aceptado que no es raro en una cena de parejas oligárquicas, ver como los del bando masculino se unen para maltratar a sus mujeres y reírse de ellas en su cara, al final de la cena, habrá sexo sadomasoquista con unas pocas copas de más. Pero la mujer no se siente maltratada, porque sabe que es parte del juego, se quejará a las amigas, pero en realidad buscará el maltrato maltratandole a él sino lo recibe, y llamándolo poco hombre y cobarde. Sí, es una locura total, pero es la herencia de un régimen, el franquista que no tienen nada que envidiar al régimen nazi, pues son complementarios.
Los demás podemos ver el espectáculo de lejos, aunque mejor no verlo porque es lamentable. Pero nunca aceptar que su locura nos afecte, y menos que sus leyes lejos de protegernos nos ataquen y nos destruyan intentando normalizar sus aberrantes conductas de pareja.

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