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jueves, 12 de enero de 2017

La ley de la concordia

Si hay algo que me acostó aprender desde niña y que aun hoy me cuesta, es seguir la ley de la concordia. Es una ley que proviene del pueblo de mis familiares, pero que no está escrita en ninguna parte, sin embargo la llevamos todos los que procedemos de allí, grabada a fuego. Y eso, que yo nací en Madrid, pero para mi familia eso da igual, hay que aplicarla y no hay escusas posibles.
Tiene una serie de reglas, voy a exponer la que recuerdo, aunque como no está escrito en ninguna parte, tiene bastantes más. Las cito a continuación.
1ª - Hay que llevarse bien con todo el mundo. Es decir, te caiga bien o mal alguien, te haya hecho lo que te haya hecho, o sea como sea, hay que llevarse lo mejor posible con todo bicho viviente. Algunos dirían que es ser hipócrita, pero no es cierto, es ser tolerante y respetuoso con los demás. y exigir la misma tolerancia y respeto a los otros. Sin imponer a nadie nada, ni dejar que nadie nos imponga nada.
2ª - No avives la llama del odio. Si dos personas por la razón que sea, no se llevan bien, no puedes hacer que se lleven peor, tienes que mediar para que al menos haya una realación social y cordial entre ellas. Es poco probable que se hagan amigos inseparables, pero ha ocurrido, así que no se pierde nada, porque de esta forma se cumple la primera regla.
3º - No critiques a nadie, porque tu también cometes errores y tienes defectos. No puedes ir acusando a nadie de nada, porque ha hecho esto y lo otro. Puedes tener razón, o no, o tener argumentos de sobra, pero no tiene sentido criticar a nadie. En mi familia, nos desahogamos de puertas para dentro, pero de cara a los demás no hablamos mal de nadie, aunque ganas a veces no falta, pero como hay que cumplir la primera regla, lo que hacemos es lo siguiente. De la gente buena, dices cosas buenas, de la gente mala, no dices nada. Si te preguntan algo sobre alguien bueno, se te llena la boca de elogios, si te preguntan por alguien malo, se te queda la boca seca, y solo dices cosas neutras.
4ª - No humillar, insultar o maltratar a nadie en público. Tengamos o no razón en algo, o simplemente defendiéndonos de una humillación anterior, lo que no debemos hacer es hacerlo en público, es decir, se hace de forma que solo las personas más próximas a ambas partes, que son las perjudicadas, se enteren del asunto, pero no se airean las mierdas por ahí. Hoy en día lo de insultar a la gente en público, usando la redes sociales, es muy normal. Y además, se critica a personas que ni siquiera se conocen de verdad, lo que es absurdo porque se está juzgando sin saber, es decir, se cae en prejuicios, otra vez, se incumple la primera regla.
5ª - No mentir, la mentira siempre se descubre, y cuando se utiliza para llevar la razón, al final sales muy perjudicado tu mismo. Así que procurar ser sincero y honrado en la vida, en la medida de lo posible claro, aunque eso es el 99.9% del tiempo, y no hay escusas para no serlo.
6ª - No discutir y no pelearse. Se pueden tener opiniones enfrentadas o lo que sea, pero hay que evitar la discusión y la pelea, siempre se puede debatir, y si la cosa se caldea cada uno a su casa, y tan contentos. Si fuera el caso, de que vivieran en la misma casa, con estar distanciaditos un rato, bastaría.
7ª - Si quieres que te ayuden, ayuda tu primero. Todos necesitamos ayuda alguna vez, es de necios pensar que no te va a ocurrir tarde o temprano, así que mientras puedas, ayuda a todo el mundo, y no te preocupes si luego te devuelven el favor o no. Cuando llegue el momento sabrás muy bien lo que tienes que hacer, sin enfadarte, aunque reconozco que indigna bastante que te pidan favores lo hagas y cuando tu los pidas te los nieguen, pero siempre te van a volver a pedir un favor la misma persona que te lo negó, así que no hay motivo para enfadarse ya que solo hay que esperar relajándose.
8ª - No escondas información a la gente que te quiere. Mientras que de cara al público hay que llevarse bien con todo el mundo y no hablar mal de nadie, a la familia y a los buenos amigos hay que contarles la verdad aunque duela, hay que sincerarse. Cuanto más confianza tengamos con esa persona, más debemos abrimos y decir lo que nos pasa con aquellos que nos han ofendido, o nos han hecho daño. De esta forma  nuestros seres queridos pueden ayudarnos a mantenernos en la primera regla sin salir perjudicados. También es una forma de avisar como es realmente una persona negativa, y que tus seres queridos no caigan en el error, o los errores que tu has cometido.
9ª - Se educado. Esto es algo que se ha perdido casi totalmente. El decir a todo el mundo, buenos días, buenas tardes, buenas noches. Saludar diciendo hola, decir adios o hasta luego. Dar las gracias, perdir las cosas por favor, ser amable y respetuoso con el trabajo ajeno. Preguntar qué tal estas y esperar la contestación, tener cierta empatía y preocupación por el bienestar del prójimo. Ser servicial y estar pendiente si otra persona nos necesita para poder ayudarla... Tantas y tantas cosas, tan obvias y tan sencillas, tan coticianas y tan escasas hoy en día, que realmente no me deja de sorprender como van desapareciendo. Su desaparición, lo que hace es producir un aislamente voluntario y nada saludable, pero es lo que está de moda, claro.
10ª - Ser generoso, aunque tengas poco comparte la mitad. Tampoco hay que pasarse de generosidad y quedarse sin nada, pero cuando se tiene hay que ofrecerlo. Hay personas en este mundo que tienen un mendrugo de pan para comer en todo el día, y le dan la mitad a cualquiera que vean que tiene hambre como ellos. Sin embargo tantos somos los que comemos hasta hartarnos, y si alguien nos pide algo, de forma automática se lo negamos.

Podría poner una lista casi infinita, pero creo que con aprenderse muy bien la primera regla, las demás son de sentido común. Cuando ahora alguien me dice que soy una hipócrita porque me hablo con personas que detesto, es porque no me conoce bien, es mucho más difícil ser cordial con alguien a quien odiamos que ser amigable con alguien a quien amamos. Eso sí, no hay que ser masoca, si alguien nos cae mal, cuanto más lejos mejor, una cosa no quita la otra. Lo bueno siempre cerca, lo malo en la distancia, aunque lo de la distancia sea solo metafóricamente, porque mucha veces tienes que ver más y convivir más con gente que te desagrada que con gente que te agrada. Pero, podemos buscar esos rincones floridos donde rodearnos de buena energía y amor humano, que nos dan esas personas que tanto queremos y admiramos.

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