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martes, 24 de enero de 2017

Antes de que muera

Hay algo que todos los artistas tenemos en común, sea cual sea la disciplina artística que hayamos desarrollado durante nuestra vida. Y es la necesidad imperiosa de comunicar algo. Algo que para nosotros es muy evidente, y que necesitamos que los demás vean tan claramente como nosotros lo hacemos. A lo largo de mi vida, cuando he intentado transmitir algo, he intentado dar esta comunicación sin que el espectador (ya que yo hacía teatro) se asuste de lo que le estoy contando, sin que le de tanto miedo la realidad que no llegue a comprender la información que se le transmite. Esto es todo un arte, y realmente, no crea el lector que es nada fácil. Porque el espectador no busca lecciones de cátedra, busca entretenerse, y de paso si aprende algo estupendo, pero nunca al revés. No va con la intención de aprender, va con la intención de pasar un rato divertido y ameno.
Lamentablemente, los artistas, no nos entretenemos cuando queremos comunicar algo, estamos realizando un gran esfuerzo con todos nuestros sentidos puestos en nuestra obra, y debe servir para transmitir, porque sino transmite nada, no tiene sentido alguno el trabajo y el tiempo dedicado.
Vivimos en un mundo donde el arte y la cultura lucha contra el exterminio, estamos intentando levantar una nueva cultura y una nueva comunicación, pero al mismo tiempo nos sentimos menos valorados, menos entendidos y menos comprendidos que nunca.
El problema no es muchas veces, que no entiendan lo que queremos transmitir con lo que hacemos, eso todo artista debe asumirlo desde el principio. El problema real, es que lo que queremos transmitir ahora, tiene un carácter de urgencia. De alguna forma, nada casual, los artistas conectamos más con la realidad que nos rodea que el resto de las personas, y al mismo tiempo, nos sumergimos en el maravilloso mundo de los sueños para hacer de esa realidad una creación más hermosa y aceptable, no solo por nosotros mismos, sino también para las personas que va a disfrutar con nuestras obras.
Pero todas las historias, al menos las buenas historias, son agridulces. Como lo es la propia vida. Y cuando se es artista se sufre de empatía, así que es muy difícil contar historias que se ven más agrias que dulces, y más si estas historias son solo un preámbulo para un suceso real e histórico que está por llegar.
Muchos se extrañan de este poder de precognición de los artistas, yo misma me quedo asombrada de él. Pero por suerte, he comprendido que no es una locura el que los artistas estemos más conectados con la realidad que otros, no es casualidad que nuestros mejores trabajos se adelanten a grandes acontecimientos históricos, sociales, tecnológicos, etc. Simplemente, es el resultado de una indagación, de una investigación del entorno, y de alguna forma, encajamos las piezas del puzzle y pensamos que avisamos de un suceso que es muy probable que ocurra, pero que la mayoría de las veces, lo que queremos es evitar que este pase, o si pasa, que sepamos como actuar para que los daños sean menores.
Por desgracia, al destruir la cultura y el arte, como lo están haciendo hoy en día. Nos dejan a los artistas como enfermos mentales, cosa que hacia cientos de años que no ocurría. Nos quieren relegar a eso, simples locos que dicen tonterías. En realidad, aunque jode que te tomen por loca cuando lo único que tratas es de ayudar en la medida de lo posible a otras personas, lo que molesta de veras es ver como los sucesos van aconteciendo según tus cálculos, según tus pronósticos, sin que puedas hacer nada para evitarlo. Es como ver esas piezas de dominó que están colocadas estrategicamente para si golpeas una, las demás caen en serie. Pues esto es exactamente igual, tratas una y otra vez de llegar a tiempo para que las fichas no sigan cayendo, pero por mucho que insistas ellas siguen adelante, su rumbo enloquecido y frenético hasta llegar al fin último que puede dar más que miedo, puede causar auténtico terror.
El pronostico que tenemos actualmente, es bastante terrorífico, y las fichas siguen y siguen cayendo, sin que hagamos nada. ¿Podemos hacer algo?. Claramente SÍ, por eso los artistas seguimos haciendo arte, seguimos luchando en un mundo absurdo que no quiere ni ver, ni oír, ni sentir nada. Pero no somos los artistas lo que tenemos que hacer que esa maldita pieza sea eliminada antes de que sea demasiado tarde, somos todos en conjunto. Es muy fácil dejar a los artistas la responsabilidad de avisar a la humanidad, porque como es igual de fácil ignorarnos y tomarnos por locos, se puede seguir ignorándonos, y cuando haya pasado el desastre volver a mirar atrás y decir, " ah sí, mira, si el artista tal y cual ya lo avisó". Es un hartazgo todas estas pamplinas, de que tenemos poderes mágicos o inspiración divina, lo que importa es que no se ponen los remedios antes de las enfermedades, y luego buscar explicación a porque no se hizo caso de las cosas en su debido tiempo, eso no se tiene en cuenta, sino que se busca explicación a como alguien sabía eso, mientras la inmensa mayoría no lo sabía. No puede ser más absurdo todo.
Antes de que muera, como están muriendo muchos artistas, en homenaje a todos ellos, me gustaría dejar escrito aquí algo. Conocer el arte, no es conocer al artista, es conocernos a nosotros mismos y a todo lo que nos rodea. La cultura sirve, y tenemos la obligación de que así sea, para no solo aprender de ella, sino para poner en practica esos conocimientos que nos va a asegurar una civilización mejor. Aunque hay una cosa que se llama contracultura, que es el lado malévolo de todo esto, pero de eso escribiré en otro momento, ya que la contracultura, es lo que se llama "cultura estándar o impuesta por otros", y estos "otros", de artistas y de empáticos, tienen bien poco.

domingo, 22 de enero de 2017

Estados de ánimo

Un maestro dijo una vez, que lo que más odiamos de otros, no es más que el reflejo de nosotros mismos. Y eso da mucho que pensar.
Aquí hay que hacer un trabajo duro de introspección, y vernos a nosotros mismos, ver como nos comportamos ante los demás en diferentes momento del día, y en diferentes situaciones de nuestra vida. Está muy claro que cambiamos de rol cuando hablamos con las personas del trabajo, con nuestros amigos, con nuestra pareja, con nuestra familia, etc. A veces no solo cambiamos de rol, a veces cambiamos nuestra forma de hablar, nuestra forma de movernos, expresarnos, nuestra mirada, somos distintos pero somos siempre los mismos. Sin embargo, a veces, no vemos poseídos por algo, y no es nada externo, es algo muy interno. Unas veces lo llamamos estrés, otras ansiedad, otras depresión, incluso lo podemos llamar hambre, eso da lo mismo. Solo de repente nosotros, sin ser capaces de controlarnos a nosotros mismos, nos vemos en un comportamiento anómalo, que desde nosotros es difícil de percibir, pero desde fuera el espectador se queda totalmente atónito ante el panorama. Cuando hay empatía el espectador, puede encajar las piezas, juntarlas y encontrar la razón de tu comportamiento, pero cuando no la hay, es muy complicado, hay que hablar las cosas para poder comunicar lo que no podemos expresar de otra manera. Y vivimos en un mundo donde nos comunicamos tanto, que a veces, falta comunicación, supongo que lo damos todo por sabido, entendido o comunicado, y para nada es así. Lo seres humanos no somos como los personajes de los cuentos, porque en los cuentos, hay que abreviar. No sé puede poner todo, la imaginación hace que el cuento tenga sentido. Por eso, cuando vemos una serie o una película, y vemos comportamientos, aunque se parezca a la realidad no lo son, falta mucha información no dada que la debemos rellenar nosotros. Si perdemos la costumbre de rellenar esos huecos y pensamos que la vida es como la ficción, entonces nuestra vida se llena de huevos, y se va quedando cada vez mas y más vacía.
Podemos encontrarnos con personas llenas de huecos como nosotros, pero al final será un gran hueco que nunca se llena.
Personalmente, estoy haciendo un trabajo interior muy grande para rellenar estos huecos que he formado en mi vida sin saberlo. Aunque tengo la suerte, de que las personas que me rodean tienen pocos huecos así que en cuanto ven uno me lo dejan clarísimo. Pero aun así, hay que intentar retroceder unos años en nuestra forma de ver la sociedad y nuestras relaciones como humanos, porque sino, quizá nuestra existencia, cada vez tenga menos sentido.

sábado, 21 de enero de 2017

Robots

Es de actualidad leer noticias sobre como quieren sustituir a los humanos por robots, o como quieren que tengamos los humanos una renta básica. Eso quiere decir dos cosas, pero no las que nos dicen constantemente.
Por una lado, es imposible sustituir a un ser humano por una máquina, es simple llegar a esta conclusión, es un humano el que la ha creado, y por tanto no es ni la mínima parte del potencial de su creador. Es la historia de Pinocho o de Frankenstein, y sabemos que no es posible en la realidad crear un ser humano de la materia inerte.
Por otro lado, el insistir en un sueldo igual para todos, lo que nos indica es la proximidad a una esclavitud global. Donde da igual el trabajo que desempeñes el esfuerzo físico o intelectual que realices, el sueldo será siempre el mismo. La depresión y la frustración se convertiría en algo generalizado, y en vez de eliminar las desigualdades, estas se harían más patentes y evidentes. Ya que los que marcan el sueldo a los demás, se ahorraran lo que no dan para quedarse lo ellos. Más ganancias para unos pocos, nada más.
El juego que nos proponen se basa en algo muy simple. La psicopatía. Este don maquiavelico que poseen los dirigentes hace que estos piensen como máquinas, quizá es una mezcla de envidia y codicia hacia los que no somos psicópatas, y durante años han pretendido hacernos creer que la virtud del ser humano es convertirse y comportarse como un robot. Lo que está infinitamente alejado de la realidad, ya que la empatía es la única forma de supervivencia de nuestra especie, de ella derivan todos los esfuerzos y trabajos que realizamos a diario, sin ella nunca hubiésemos existido.
Ahora los psicópatas con más poder que nunca en la historia de la humanidad, descubren sus auténticas intenciones y algunos, unos pocos, las percibimos como lo que son.
La verdad nos hará libres, y por ello no debemos para de buscarla, y siempre que encontremos alguna pista por pequeña que sea, debemos comunicarla a nuestros semejantes humanos. Es la única forma de conseguir un presente que asegure nuestra supervivencia en la sociedad. Y eso no es un catastrofismo que implica una especie de apocalipsis. Es simplemente un análisis de los hechos cotidianos, trabajo que dejo a usted lector para si mismo.
Descubra la verdad escondida en la mentira, encuentre a sus semejantes y comparta con ellos toda la información que disponga, sea cuales sean las fuentes. Cualquier dato es importante, nada es irrelevante, ya que está en nuestras manos el cambiar las cosas.
Ha llegado el momento que muchos estábamos esperando, y hay que saber muy bien como hacer que las cosas se muevan en la dirección correcta. La historia nos enseña como nos equivocamos una y otra vez, permaneciendo en el mismo bucle de la hipocresía y la falsedad. Pero nos sentíamos bien, porque no conocíamos otra cosa. Ahora unidos sentimos que hay algo más, y que es posible alcanzarlo, solo hay que creer en nosotros y luchar sin miedo por conseguirlo.
La paz, el amor, la felicidad y tantas y tantas cosas que añoramos y deseamos para todos, puede ser una realidad, y merece la pena luchar por ello.

miércoles, 18 de enero de 2017

Conferencia sobre psicopatía

En esta vida, hay que aprender a no estar solo. Y a veces, es difícil tomar la decisión, pero es importante, si no vital hacerlo. Gracias al haber dado el paso hacia delante, de encontrar a grandes profesionales de la psicopatía, y ponerme en contacto con ellos, me han dado el link a esta conferencia que ahora dejo aquí. Es muy interesante, resume cosas fundamentales sobre la psicopatía y lo que es más importante nos enseña un especialista, como identificar a un psicópata y como defendernos de él o ella. Esto no es algo que tomarse a al ligera, la psicopatía no es un problema aislado que afecta a unos pocos, un psicópata puede llevar a la destrucción a un país, a la muerte a millones de personas, etc. Así que si sabemos identificar a los psicópatas, aunque este sea el vecino de enfrente que pasa al perro, podremos los no psicópatas defendernos de ellos, y saber marginar los. Porque lo mejor que se puede hacer con seres que no tienen ningún afecto por el resto de los seres vivos, es tratarle como él trata a los demás, como un objeto. Se usa un tiempo y luego se deja en su sitio, pero sin el más mínimo sentimiento de culpa o de compasión alguna.

Amor Zero

Y creo que está bien recordar, algo que ya he escrito anteriormente en este blog, pero que voy a poner un símil para que se entienda mejor. Donde aparece un psicópata es como si cayera una bomba nuclear, no se ve la radiación, pero todo lo destroza a su paso, y siguen sus efectos en la zona afectada durante cientos de años. Es la mayoría de las veces un asesino invisible, pero implacable.

domingo, 15 de enero de 2017

Los controladores

Hay un tipo de persona, que siempre me ha sorprendido su existencia, y que son sorprendentemente así de nacimiento, aunque algunos adquieren ese vicio por tener la compañía constante e insana de controladores, lo cual no es nada recomendable.
No puedo escribir que una persona controladora, sea el fruto de la sociedad, de la cultura, de la familia, etc. Porque es totalmente falso. Es falso, porque desde que tengo uso de razón conozco personas que intentan controlar a otras.
Recuerdo cuando llegué a primero de EGB, como de costumbre y me habían educado para ello, intenté llevarme bien con todo el mundo, y hacerme amiga de todos mis compañeros, sin excepción. Pero sorprendentemente, al poco de irme con unas niñas, muy aburridas, porque al principio es muy divertido eso de criar gusanos de seda, pero cuando se pasa la época y te pasas todo el recreo hablando de gusanos de seda, aunque estos ya hace meses que han pasado a otro plano existencial, pues no se.. aburre, o a mi me aburría soberanamente. El caso, es que eran tres niñas, un par de gemelas y otra niña rubita, y un día, no se bien porque, me empezaron a regañar las gemelas, porque me hablaba con otras personas que no eran ellas. A lo cual, yo me quedé ya atónita, aunque como entenderá el lector, con esa edad, no era capaz de entender que me estaban controlando la vida. Cuando llegue a casa, lo conté y pedí consejo, y desde entonces es algo que llevo haciendo todo lo que puedo, en la medida de mis posibilidades en cada momento. Mis familiares, me dijeron que nadie podía decirme con quien debía hablarme, o con quien debía irme, o lo que tenía que hacer en mi vida. Me enseñaron, que en mi vida la única que gobierna soy yo, y que una persona me puede dar un consejo, o avisarme de un peligro, pero que nunca nadie debe imponerme jamás hacer nada. Cuando alguien te impone con quien debes hablar, o de qué, de quien tienes que alejarte es de esa persona inmediatamente. Hace poco me recordaron un dicho que es "prohibido, prohibir".
En mi vida, no he tenido la capacidad nunca de prohibirle nada a nadie, supongo que como yo no acepto las prohibiciones tampoco puedo imponerse las a nadie. Pero sí muchas veces, me he visto en situaciones límite donde por mucho que intentara avisar a otra persona que lo que estaba haciendo le iba a perjudicar, o simplemente, avisar que le estaban mintiendo, traicionando, manipulando, etc. Me es muy difícil hacer comprender que no es una imposición sino una aviso. Esto probablemente es porque durante nuestra vida, nos rodean los controladores, y llega un momento en que no sabemos distinguir una manipulación de un consejo. Supongo que es una de esas cosas que se aprende a base de malas experiencias, pero yo tengo unos trucos, que a lo mejor le pueden servir al lector.
Lo primero es que yo le doy una oportunidad a todo el mundo, y eso no quiere decir que no pueda perder esa oportunidad tan pronto se la he dado, sino que el beneficio de la duda, para mi debe ser universal.
Lo segundo es estar muy pendiente de la simpatías falsas. De esas personas que casi no te conocen, o sí, eso da igual. Pero siempre te están diciendo lo que quieres oír cuando quieres oírlo. No te dicen nunca la verdad sino que te manipulan como un títere, y te dicen que tengas cuidado que eres muy inocente y que todo el mundo es malo. Luego, por supuesto, te empiezan a hablar mal de este del otro, y al final te empiezan a prohibir hablar con unos con otros, o simplemente te aíslan de todo el mundo. Después de dejarte solo, te empiezan a maltratar, a insultar, etc. Y no tiene porque ser una pareja, puede ser cualquiera.
Lo tercero, contrastar la información. Yo siempre he sido muy rebelde al control, así que contrasto la información una y otra vez, para ello lo mejor es tener amigos por todas partes, de esta forma nadie aunque quiera puede controlarte. Y cuando es tu pareja la que te quiere controlar, pues no tienes porque mentir, simplemente no hablas del tema. No dices que hablas con este o el otro y se acabó, porque si hablar con una persona no afecta negativamente a la relación, es que no tiene sentido no hablar con esa persona. Es más, eres tu el que pone los límites en tu vida, a mi cuando me han hablado mal de mi pareja, yo era la que escuchaba y decía "mira, esto es verdad, en esto puedes tener razón, pero en esto te equivocas totalmente". Pero escucho, porque todos cometemos errores, y nadie es perfecto, y si alguien nos lo venden o se vende como perfecto, mal, a ese sí que tenemos que hacer varias revisiones.
Como conclusión, es mejor dar el beneficio de la duda a todo el mundo, y no tener prejuicios con nadie, a perder la oportunidad de que una maravillosa persona llene tu vida de color. Porque cada buena persona, aporta unos matices diferentes a nuestra vida, matices irreemplazables. Así que si perdemos la oportunidad de conocerla, la oportunidad de que compartir aunque sea unos minutos de nuestra vida, entonces estamos perdiendo algo bueno, algo que es como cuando diferenciamos entre una comida y un manjar, es indescriptible, pero fácilmente apreciable.




jueves, 12 de enero de 2017

La ley de la concordia

Si hay algo que me acostó aprender desde niña y que aun hoy me cuesta, es seguir la ley de la concordia. Es una ley que proviene del pueblo de mis familiares, pero que no está escrita en ninguna parte, sin embargo la llevamos todos los que procedemos de allí, grabada a fuego. Y eso, que yo nací en Madrid, pero para mi familia eso da igual, hay que aplicarla y no hay escusas posibles.
Tiene una serie de reglas, voy a exponer la que recuerdo, aunque como no está escrito en ninguna parte, tiene bastantes más. Las cito a continuación.
1ª - Hay que llevarse bien con todo el mundo. Es decir, te caiga bien o mal alguien, te haya hecho lo que te haya hecho, o sea como sea, hay que llevarse lo mejor posible con todo bicho viviente. Algunos dirían que es ser hipócrita, pero no es cierto, es ser tolerante y respetuoso con los demás. y exigir la misma tolerancia y respeto a los otros. Sin imponer a nadie nada, ni dejar que nadie nos imponga nada.
2ª - No avives la llama del odio. Si dos personas por la razón que sea, no se llevan bien, no puedes hacer que se lleven peor, tienes que mediar para que al menos haya una realación social y cordial entre ellas. Es poco probable que se hagan amigos inseparables, pero ha ocurrido, así que no se pierde nada, porque de esta forma se cumple la primera regla.
3º - No critiques a nadie, porque tu también cometes errores y tienes defectos. No puedes ir acusando a nadie de nada, porque ha hecho esto y lo otro. Puedes tener razón, o no, o tener argumentos de sobra, pero no tiene sentido criticar a nadie. En mi familia, nos desahogamos de puertas para dentro, pero de cara a los demás no hablamos mal de nadie, aunque ganas a veces no falta, pero como hay que cumplir la primera regla, lo que hacemos es lo siguiente. De la gente buena, dices cosas buenas, de la gente mala, no dices nada. Si te preguntan algo sobre alguien bueno, se te llena la boca de elogios, si te preguntan por alguien malo, se te queda la boca seca, y solo dices cosas neutras.
4ª - No humillar, insultar o maltratar a nadie en público. Tengamos o no razón en algo, o simplemente defendiéndonos de una humillación anterior, lo que no debemos hacer es hacerlo en público, es decir, se hace de forma que solo las personas más próximas a ambas partes, que son las perjudicadas, se enteren del asunto, pero no se airean las mierdas por ahí. Hoy en día lo de insultar a la gente en público, usando la redes sociales, es muy normal. Y además, se critica a personas que ni siquiera se conocen de verdad, lo que es absurdo porque se está juzgando sin saber, es decir, se cae en prejuicios, otra vez, se incumple la primera regla.
5ª - No mentir, la mentira siempre se descubre, y cuando se utiliza para llevar la razón, al final sales muy perjudicado tu mismo. Así que procurar ser sincero y honrado en la vida, en la medida de lo posible claro, aunque eso es el 99.9% del tiempo, y no hay escusas para no serlo.
6ª - No discutir y no pelearse. Se pueden tener opiniones enfrentadas o lo que sea, pero hay que evitar la discusión y la pelea, siempre se puede debatir, y si la cosa se caldea cada uno a su casa, y tan contentos. Si fuera el caso, de que vivieran en la misma casa, con estar distanciaditos un rato, bastaría.
7ª - Si quieres que te ayuden, ayuda tu primero. Todos necesitamos ayuda alguna vez, es de necios pensar que no te va a ocurrir tarde o temprano, así que mientras puedas, ayuda a todo el mundo, y no te preocupes si luego te devuelven el favor o no. Cuando llegue el momento sabrás muy bien lo que tienes que hacer, sin enfadarte, aunque reconozco que indigna bastante que te pidan favores lo hagas y cuando tu los pidas te los nieguen, pero siempre te van a volver a pedir un favor la misma persona que te lo negó, así que no hay motivo para enfadarse ya que solo hay que esperar relajándose.
8ª - No escondas información a la gente que te quiere. Mientras que de cara al público hay que llevarse bien con todo el mundo y no hablar mal de nadie, a la familia y a los buenos amigos hay que contarles la verdad aunque duela, hay que sincerarse. Cuanto más confianza tengamos con esa persona, más debemos abrimos y decir lo que nos pasa con aquellos que nos han ofendido, o nos han hecho daño. De esta forma  nuestros seres queridos pueden ayudarnos a mantenernos en la primera regla sin salir perjudicados. También es una forma de avisar como es realmente una persona negativa, y que tus seres queridos no caigan en el error, o los errores que tu has cometido.
9ª - Se educado. Esto es algo que se ha perdido casi totalmente. El decir a todo el mundo, buenos días, buenas tardes, buenas noches. Saludar diciendo hola, decir adios o hasta luego. Dar las gracias, perdir las cosas por favor, ser amable y respetuoso con el trabajo ajeno. Preguntar qué tal estas y esperar la contestación, tener cierta empatía y preocupación por el bienestar del prójimo. Ser servicial y estar pendiente si otra persona nos necesita para poder ayudarla... Tantas y tantas cosas, tan obvias y tan sencillas, tan coticianas y tan escasas hoy en día, que realmente no me deja de sorprender como van desapareciendo. Su desaparición, lo que hace es producir un aislamente voluntario y nada saludable, pero es lo que está de moda, claro.
10ª - Ser generoso, aunque tengas poco comparte la mitad. Tampoco hay que pasarse de generosidad y quedarse sin nada, pero cuando se tiene hay que ofrecerlo. Hay personas en este mundo que tienen un mendrugo de pan para comer en todo el día, y le dan la mitad a cualquiera que vean que tiene hambre como ellos. Sin embargo tantos somos los que comemos hasta hartarnos, y si alguien nos pide algo, de forma automática se lo negamos.

Podría poner una lista casi infinita, pero creo que con aprenderse muy bien la primera regla, las demás son de sentido común. Cuando ahora alguien me dice que soy una hipócrita porque me hablo con personas que detesto, es porque no me conoce bien, es mucho más difícil ser cordial con alguien a quien odiamos que ser amigable con alguien a quien amamos. Eso sí, no hay que ser masoca, si alguien nos cae mal, cuanto más lejos mejor, una cosa no quita la otra. Lo bueno siempre cerca, lo malo en la distancia, aunque lo de la distancia sea solo metafóricamente, porque mucha veces tienes que ver más y convivir más con gente que te desagrada que con gente que te agrada. Pero, podemos buscar esos rincones floridos donde rodearnos de buena energía y amor humano, que nos dan esas personas que tanto queremos y admiramos.

sábado, 7 de enero de 2017

Dos bandos

Es increíble, pero hoy por hoy hay dos bandos, el de los que quieren abrir su mente, y el de los que la cierran a cal y canto.
Reconozco que para abrir la mente hay que ser una persona valiente, porque implica tener que aceptar cosas increíbles, y tener que aceptar que otros con la mente cerrada no quieran abrirla. Pero es como decidir si uno quiere vivir el resto de su vida sólo, en la frialdad de un hogar inhóspito y frío, o decidir salir a dar un paseo por un campo verde con un sol cálido y radiante. Me parece mejor la segunda opción, así que he optado por esta última.
A veces, nos pasamos de un bando a otro sin darnos cuenta, entre la credulidad y la incredulidad, entre la curiosidad y la negación total. Es como si el niño curioso se peleara con el adulto gruñón todo el tiempo, pero ambos viven dentro de nosotros.
Hay personas que han decidido hacer una lista de cosas en las que creer y denostan el resto, lo cual es una incoherencia en si mismo. Y resulta no solo absurdo, sino estúpido.
Por ejemplo, hay personas que tienen fe ciega en la magnificencia del universo, y se pasan la vida estudiando el tema, pero si les hablas de civilizaciones en otros planetas casi te tiran un libro a la cabeza. Lo cual es absurdo, si una persona reconoce que el universo es inabarcable para la mentalidad humana, es razonable pensar que no sabemos todo del universo, y si no lo sabemos todo, cómo podemos negar nada.
Algunos le han puesto un calificativo a las personas que viven más a gusto con su lista absurda, los llaman "negacionistas". Es como un chiste, como si a un niño le dice su padre, "los reyes magos no existen", y el niño es tan creyente en algo que le da una recompensa emocional y material, que se enfrenta a su padre en vez de escucharle.
Un mundo apasionante es la magia. Y me voy a centrar en la magia que hacen los magos con trucos, esa que a todos nos hace vibrar de emoción. Buscamos el truco, pero no lo encontramos y eso nos fascina. Sabemos que truco tiene que haber, y eso nos relaja, pero también nos inquieta no saber cual es ese truco, y nos engancha a seguir mirando embobados al mago, que nos manipula en todo momento a su antojo. A estos magos, también se les conoce con el nombre de "ilusionistas", porque nos hacen ver algo que no hay. Así que... ¿quién puede decir sin miedo a equivocarse, que vivimos en un mundo de ilusionistas, donde creemos lo que vemos aunque sea falso, y no creemos lo que no vemos pero sin embargo es real?
A mi me encanta la fantasía, pero siempre y cuando sea muy consciente de que es eso, falso, pero nunca voy a negarme a nada, siempre soñaré y tendré la mente abierta como los niños, que cuando ven el truco del ilusionista no piensan en el truco, piensan en la sensación que les ha proporcionado. Y luego, buscan como aprender a hacer el truco ellos mismos. De esta forma, los niños aprenden a distinguir la realidad de la ficción. ¿Pero los adultos?, ¿sabemos distinguir la realidad de la ficción?. Quizá nos da tanto miedo la realidad, que la consideramos ficción, y nos gusta tanto la ficción, que la consideramos realidad. La única solución, para este dilema, es aquello que hacía Albert Einstein, relativizar y ver las cosas desde todos los puntos de vista posibles, por eso era tan listo.

viernes, 6 de enero de 2017

La frialdad del no humano. La mirada de un psicópata

Los psicópatas no son seres humanos, pero cómo podríamos reconocer esa frialdad tras su gran mascarada. Tengo la mala o la buena suerte, de conocer personalmente a una psicópata diagnosticada, así que estudiando su comportamiento e imagen puedo esclarecer algunas de mis dudas.
Todo el mundo sabe el truco de como descubrir la mentira en el rostro de alguien, los ojos dicen una cosa y la boca dice otra. ¿Pero si los ojos no dicen nada?, ¿nada de nada?. Este es el truco, el psicópata no tiene sentimientos por la persona que tiene en frente, así que antes de cometer un asesinato su mirada es vacía, absolutamente vacía. Dejo estas fotos como ejemplos.




La mirada no posee brillo, los ojos son totalmente inexpresivos, no dan miedo, porque en este momento no quieren expresar miedo, son como es la persona psicópata, vacíos de todo.
La siguiente fotografía es de la misma persona, años más tarde, tras haber asesinado, su mirada es de superioridad. Ahora sabe el espectador de lo que es capaz un psicópata, y ese miedo excita al psicópata y le hace sentirse superior a los humanos, meras cobayas de sus experimentos.






Este segundo caso, es el de la mirada del asesino psicópata una vez haber sido reconocido por la sociedad como tal, lo que hace que el psicópata se sienta muy orgulloso de sí mismo, se puede ver mucho mejor en otras fotografías, de otros asesinos, pongo otro ejemplo a continuación.





Esta segunda mirada, es más fácil de reconocer por las personas no psicópatas porque es la mirada típica del loco, del que se cree elegido y más poderoso de los demás, la mirada de la enajenación mental total.
Como esta segunda mirada, interesa poco a efectos prácticos, porque se consigue observar después de que el psicópata ya sea reconocido como criminal, debemos centrarnos en la mirada anterior. En la del vacío absoluto. Será difícil aun así reconocer a un psicópata, pues también hará cosas para intentar cambiar su mirada, pero en estado de relajación, si no teme ser descubierto por el humano que tiene delante, su mirada será totalmente hueca.
Una mirada hueca no es síntoma de introversión o timidez, es la mirada de la frialdad absoluta, del que prepara minuciosamente su próximo movimiento, que será implacable con su víctima, y se toma con tiempo su plan, pues debe ser perfecto, así que no dejará que nadie sospeche de él antes de que acabe del todo con su víctima.



miércoles, 4 de enero de 2017

Revolución 2.0

En esta ocasión, me voy a limitar a dar un enlace con el que el lector puede sacar sus propias conclusiones.

https://laverdadocultablog.wordpress.com/2016/02/12/infiltrados-2-0-el-verdadero-origen-del-15-m-y-el-complot-de-podemos/

Altamente recomendable, y que no tiene ningún desperdicio su lectura.

Los mimados

Hoy en día existe un tipo de persona que antes no existía, personas que su naturaleza, su fondo es bueno y honesto pero su comportamiento se vuelve detestable, dominante y cruel.
Son personas que está frustradas porque no consiguen lo que quieren y culpan a otras de su infelicidad. Nunca están a gusto con nada, y sus necesidades, según creen ellos, aunque en realidad no es para nada así, se cubren a base de dinero. Piden y piden sin parar constantes atenciones, no se cansan de pedir una atención absoluta. Y cuando no las tienen, reaccionan violentamente. Necesitan cosas muy banales, como puede ser objetos, viajes, intereses comunes, sexo, etc. Obligan a los que los quieren a ser sus esclavos, y siempre intentan que hagan lo que quieren por obligación moral, cuando no responden en absoluto con la misma moneda, han perdido toda conciencia de que es amar o expresar cariño, y en la nebulosa de su mente piensan que el amor es solo el reflejo de la posesión, o bien de una persona o bien de lo que esta posee.
Es muy triste ver como una persona sana y buena se convierte en un verdadero monstruo que llega al punto de intentar, e incluso muchas veces lo logran, destruir a las personas que les quieren, solo porque les consideran un obstáculo en el momento en que no cumplen sus expectativas y ambiciones.
Antiguamente estaba el caso muy conocido y estudiado de la "viuda negra", la mujer que se casa  con un hombre por dinero y cuando se cansa de él le mata y va a por otra víctima. Ahora ese comportamiento agresivo, posesivo y brutal está tan extendido entre las personas que consideramos normales, que pasa desapercibido. Solo las personas que conviven con ellas saben lo que es sufrir querer a una persona así.
La realidad, es que no se conforman con nada, y cada vez van pidiendo y pidiendo más y más. Consiguen aislar a las personas más próximas, para que solo centren sus atenciones en ellas y someterlas a sus deseos materialistas. A veces pensamos erróneamente que el materialismo se sacia con el dinero, pero no es así. También es la posición social. Así que este tipo de persona va a necesitar a su lado una persona de prestigio social, prestigio que el verdugo no posee y que busca desesperadamente completar con otras. Es lo que se llama ahora "contactos", pero que tu "contacto " sea tu pareja o un familiar, a veces es enfermizo hasta la extenuación del "contacto". Por otro lado, la posición social, no es solo una bonita casa, un buen coche, un puesto relevante en el trabajo, no, para nada, la ambición, de estas nuevas y nuevos "viudas negras" y "viudos negros", no se van a limitar a eso. La sociedad reclama más cosas, cada vez más cosas, y ellos las quieren todas. Le pedirán a su pareja formar una familia ejemplar, con matrimonio e hijos de por medio. Esto que a priori resulta normal, es un desastre absoluto, el matrimonio se convierte en un infierno y los hijos terminan con tratamiento psicológico desde la infancia.
A pesar de tenerlo todo, y de poder ser feliz, no pueden serlo, siguen frustrados. Y cuando son contradecidos o sus deseos no son cumplidos, pueden convertirse en agresivos. Como afecta a ambos sexos, podemos decir, que es una mujer que pega a su marido cuando este no la satisface en sus ambiciones, o un marido que pega a su mujer por idénticas razones. Pero no me refiero a que esto solo pase en el seno conyugal, sino que pasa en cualquier parte. Pueden ser una pareja de novios en apariencia bien avenida, o una relación entre familiares. Pero siempre hay una víctima, que no sabe que es víctima y un verdugo, que es muy consciente que lo es, y disfruta enormemente en su posición de poder. Es una manera que usa el débil para demostrar al fuerte que puede con él, o con ella. Es como si en su mente pensaran, "¿crees que eres mejor que yo porque tienes éxito en la vida?, pues tu éxito lo voy a devorar yo, lo voy a disfrutar yo, y al final desearas no haberlo tenido". ¿Qué hay más insano que envidiar a alguien que te quiere?. ¿Qué hay más enfermizo que en vez de alegrarse con el éxito ajeno, pensar en como aprovecharse de él?.
En el peor de los casos, cuando una persona, se relaciona con otras así de una forma u otra se contagia de la enfermedad. Esto puede ser debido a que antes la presión social, era debida a cuatro cotillas de barrio y unos padres irresponsables que quería que sus hijos fueran la envidia del mundo, convirtiéndose así mismos en maltratadores psicológicos sin saberlo, ya que pueden en vez de apoyar a sus hijos, torturarlos cuando fracasan, o no consiguen las expectativas de sus padres. Ahora, tenemos las redes sociales, y tenemos que tener una vida ejemplar de cara al planeta entero, eso a muchos le genera tal frustración, que su personalidad se transforma, y de una forma enfermiza.
Las redes sociales, son una herramienta, pero nada más. Cuando ponemos una fotografía en ellas, es para comunicarnos entre nosotros, no para vernos como si saliéramos en una revista de cotilleo. Otra vez se repite la misma historia tantas veces mencionada en este blog, comenzamos a vivir en un mundo de fantasía, nos olvidamos de la realidad, vivimos en una falsa felicidad y cuando nos queremos dar cuenta, es demasiado tarde, puede que ya no haya vuelta atrás, y nos hayamos autodestruido de forma irreparable.

martes, 3 de enero de 2017

¿Quién es quién?

Ocurre algo curioso en nuestra sociedad, que antes no nos ocurría, o no tan descaradamente. Como muchas personas tienen dos caras, una social y otra personal y real, no sabemos distinguir la una de la otra, a veces ni nosotros mismos podemos distinguirnos, lo que es peor. Sin embargo, siempre, aunque cuesta, distinguimos las personas nobles, de las falsas, las buenas de las malas, la honradas de las ladronas, etc. ¿Siempre?, tal vez ya no. Hay tanta mentira, tanta distorsión de la realidad que no sabemos distinguir una cosa de otra.
Hace muchos años, me dí cuenta de cómo las series, las películas, nos enseñaban un comportamiento irreal que es fácil de copiar. Esa mirada de enamorado, esa mirada de deseo, esa mirada de odio, etc. No son más que imitaciones de la realidad, unas veces mejores y otras veces peores, pero son falsas. Lo malo, es que ha llegado un punto, en que le damos mayor veracidad a lo falso que a lo verdadero. Algunas personas ya no saben distinguir entre una sonrisa falsa, una mueca, de una sonrisa real, incluso dudan más de la real que de la falsa. Así que ahora dudamos más de una persona sincera con un comportamiento natural, que de una persona falsa e hipócrita con un comportamiento psicopático. Esto que puede parecer una tontería, no lo es, ya que nos convierte a todos en sociopatas. Porque si somos capaces de distinguir una persona buena de una mala, nos alejamos de las malas y nos acercamos a la buenas, y nuestra vida mejora. Pero si nos acercamos a las malas, pensando que son buenas, y nos alejamos de las buenas pensando que son malas, nuestra vida se convierte en un infierno, y pensamos que todo el mundo es malo. De esta forma, nos vamos alejando de todo el mundo, no creamos un mundo de fantasía, y terminamos siendo unos robots sociópatas bastante frustrados.
Creo que en esta vida, para exigir sinceridad, hay que darla primero. Cuesta, claro está y más en un mundo de mentiras, pero la satisfacción de ser coherente con una misma, no tiene precio alguno. Porque la mentira, se descubre siempre, y te deja con el culito al aire, pero la verdad, ay la verdad... Ese amor infinito que te llena y que te embriaga como el perfume de las flores en primavera, cuando la verdad, la sinceridad llena tu vida, no hay recompensa que lo equipare, porque eres tu, sin tapujos y sin historias. Es más difícil estar pensando en vivir tapando todas nuestras mentiras, que vivir sin más disfrutando de la vida.
Hay mucha gente buena en este mundo, hay que encontrarla, valorarla y cuidarla. Y cuando ves que una persona no es así, hay que saber tratarla también, y preguntarnos ¿cómo ha llegado alguien así a nuestra vida?, ¿por qué no nos hemos dado cuenta de cómo es realmente? ¿acaso soy yo también un actor que finge su propia vida?.



lunes, 2 de enero de 2017

Parásito social

Lamentablemente en nuestra sociedad abunda un tipo de persona que vive en el pasado, y que se ha convertido en un parásito social. Durante su vida la sociedad le ha vendido algo irreal, algo que en un periodo de la historia de los países más avanzados tecnológica y culturalmente hablando, sí existió, pero la realidad actual, es bien distinta y muchos han optado por cerrar los ojos a la realidad y empeñarse en buscase la vida en un futuro que solo existe en su esperanza y su imaginación.
Las sociedades avanzan, las revoluciones existen, y el mercado cambia. Y toda persona con madurez e inteligencia suficiente, debe adaptarse a esos cambios antes de que estos le den un golpe de realidad que les suponga un trastorno no solo emocional, sino también económico y social.
Al comenzar la crisis en España, muchos se despertaron y al ver la imposibilidad de un futuro a largo plazo, decidieron salir a otros países para continuar con sus proyectos. El salir de un país para encontrarse con una nueva cultura, implica unos cambios a nivel personal muy importantes, tanto que esa persona madura en poco tiempo, lo que no pudo madurar en su país de origen. Sin embargo, esto de poco sirve cuando nos empeñamos en vivir en el pasado, es ese mundo en el que soñábamos, en el que nos vendieron, pero que ya no existe.
La realidad actual es bien distinta a la que nos venden. No es cierto que las inversiones en investigación estén en auge, no es cierto que el nivel cultural en el mundo civilizado esté subiendo la gráfica gaussiana. Es más bien al contrario. Lleva un ritmo acelerado de descenso, y este dentro de poco llevará a la parte más baja, haciendo que el tipo trabajo para el que gran parte de los ciudadanos se han preparado, desaparezca.
La renovación es inminente, y solo el que tenga visión se preparará adecuadamente para el cambio. Los cambios pueden gustarnos o no, pero se producen.
Uno de los cambios más grandes en la historia fue la revolución industrial. Cuando ya de nada servía saber como sembrar, cultivar, arar, cuidar a los animales de granja etc. Todo el saber ancestral con tanto valor durante cientos de años ya no tenía sentido, de un día para otro la sociedad tuvo que aprender a convivir, trabajar y manipular máquinas. Máquinas que eran de unos tamaños y un manejo que si una persona del siglo XXI le dijeran que trabajara con ellas, lo consideraría una auténtica locura y una temeridad. Pero ese es el reflejo de la evolución  humana, el cambio constante en la dinámica de nuestro propio funcionamiento como sociedad.
Al igual que ocurrió con la revolución industrial, se produce un cambio en la organización del trabajo. No han dejado de existir agricultores y ganaderos, pero el número de personas que se dedican a este tipo de trabajo a disminuido considerablemente en los últimos 100 años, y esto ni es bueno ni es malo, es el cambio natural de la cosas. De la misma forma, las personas que se han preparado para hacer determinados trabajos, si en su país de origen hay demasiados y la competencia es demasiado grande, es normal que tengan que competir muy duramente y no siempre consigan su sueño.
En este proceso, se pierden cosas. Cosas muy importantes, como es saber el porqué se hace algo, el objetivo real de nuestra existencia. Perdemos la razón y la capacidad de razonar, nos obcecamos en pensar que nuestro sueño es trabajar en algo, en vez de pensar que nuestro objetivo, que es el que nos lleva a la autorealización y a la felicidad, puede que no tenga nada que ver con los planes e ideas preconcebidas que hemos tenido a lo largo de nuestra vida.
Este empeño en conseguir algo, que lo consigamos o no, no nos va a dar la satisfacción que buscábamos, puede causarnos graves problemas de sociabilidad. Nos puede convertir en personas frustradas y agresivas. Náufragos en un mar desconocido cuyo fondo en negras aguas es imposible de distinguir.
La única manera de salir de este caos autodestructivo en el que uno mismo se ha metido, es una especie de revelación. De repente un día, nos damos cuenta de que vivimos en una mentira, que solo nos creemos nosotros, que damos una imagen no solo al mundo, sino a nosotros mismos de algo que nos desagrada profundamente pero que nos hemos acostumbrado a ser. Somos de repente, no quien realmente queremos ser, sino lo que la sociedad nos ha dicho que debemos querer ser. Esta epifanía se nos aparecerá cuando menos lo esperemos, pero debemos buscarla, debemos ser conscientes de que algo falla en nosotros, y de queremos ser felices y autorealizarnos. Cuando llegue el momento, seremos valientes, y cambiaremos nuestros vidas, contra viento y marea. Y desde ese preciso instante, ya no habrá vuelta atrás, nuestra vidas cambian, nosotros volvemos a ser quien realmente somos, nos sentimos orgullosos de nosotros mismos y podemos progresar en este nuevo mundo real, que nos espera con los brazos abiertos y que nos va a recibir con los más altos de los honores.
El éxito en la vida, viene cuando uno decide encontrar su propio camino y tiene el valor suficiente para tomarlo.

"Caminante, no hay camino, se hace camino al andar" 
Del poeta Antonio Machado

Joan Manuel Serrat