En España, lugar sin igual donde los haya, existe un fenómeno muy extendido que se llama "vivir de las rentas". En este fenómeno se dan dos cosas muy curiosas. La primera es que varias generaciones enteras pertenecientes a una misma familia, viven sin saber que es el extraño fenómeno de trabajar. La segunda, y directamente relacionada con la primera, es que varias generaciones de familias deben trabajar durante décadas pagando un alquiler a las primeras, sin derechos, sin opción a compra, y gracias a una reciente ley del Partido Popular, también las primeras tienen derecho a subir los alquileres a las segundas. Y si las segundas no pueden pagarlo debido a la crisis y a las grandes multinacionales, que impiden que se puedan competir o comercial, pues a la calle y a pasar hambre, aunque hayas estado pagando 60 años el alquiler de un local, lo hayas reformado con tu dinero, y hayas dejado en él toda tu vida, la de tus padres y la de tus hijos.
Esto solo dice una cosa del gobierno español, y es que si eres rico seguirás siéndolo aunque no hagas nada productivo, pues tu gobierno te defiende. Mientras que si eres pobre, y trabajas, seguirás siéndolo, pues tu gobierno te putea.
Este curioso fenómeno, que algún ingenuo puede decir - pues compro una propiedad y yo también me convierto en arrendatario cacique-. Pues no, si se te ocurre comprar algo, probablemente pidas un prestamo al banco, y te hipoteques, así pues, antes de que puedas pagar tu propiedad vas a tener que bajar la renta a tus inquilinos varias veces, para poder pagar tus deudas. Mientras que los actuales caciques, que heredan dicho título de generación en generación, no solo no tienen deudas, si no que cuentan con ayudas económicas de gobiernos y ayuntamientos. Además, de no tener ninguna penalización por tener viviendas o locales vacíos, ni pagar impuestos por ellos. En resumen, paga lo mismo un cacique con 200.000 locales y viviendas, que un tonto con su hipoteca.
¿Qué tipo de ayudas recibe el cacique?. Pues la verdad es que yo no es que me haya puesto a investigar, pues se me pondría el pelo de color rojo y de punta solo de la indignación. Pero algunas de las ayudas, a parte de no pagar impuestos, porque la proporción de pago de impuestos en relación a ganancias, es absolutamente despreciable, son del tipo: lugar de interés histórico, embellecimiento y restauración de edificios antiguos, rehabilitación de zonas, construcción en zonas con escaso desarrollo, etc.
Es decir, que aunque construya en medio del desierto, o en el centro de Madrid, tendrá ayudas el cacique. Que aunque la casa esté en alquiler desde los años 50, o lo que es lo mismo, que el inquilino este pagando sin recibir ninguna mejora en su vivienda unos 65 años, el propietario le puede echar a la calle, reformar el edificio con ayuda estatal y volver a alquilarlo con el nuevo precio de la revalorización de zona.
La familia Alba, con un montón de propiedades robadas gracias a el apoyo a la casa real y compañía, del Dictador Francisco Franco, recibe ayudas a sus cientos de propiedades como edificios históricos y patrimonio nacional, para el disfrute solo de sus familiares, pues los ciudadanos en el caso de que puedan verlo (que normalmente no es así, porque se considera propiedad privada) tienen que pagar una entrada, además lo que llaman la casa de Alba tiene una fundación, que es una manera de no pagar impuestos y recibir ayudas estatales de forma legal y elegante.
Pero si todo esto no es suficientemente grave, vamos a ir al chiste. Los partidos políticos se hartan de reírse de la ciudadanía cuando dicen que ayudan a las pequeñas empresas y al los ciudadanos, pero no ponen leyes que obliguen a alquilar los locales, a bajar el precio de los alquileres a nuevos inquilinos para evitar que haya locales vacíos que perjudican muy gravemente el comercio, y vender por un precio muy razonable, los locales y viviendas que llevan más de 10 años pagando el alquiler. Mientras estos cambios tan simples no los haga ningún gobierno, este país seguirá siendo una basura donde cuatro familias viven de puta madre y el resto somos sus esclavos.
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