Cuando la incompetencia absoluta y la imposibilidad de hacer con la inversión pública en investigación y docencia algo productivo y/o rentable es total. Cuando se retiran las ayudas europeas y los proyectos con sentido académico o industrial, o sin sentido alguno, no tienen financiación. La cosa se revoluciona, se empiezan a cruzar miradas amenazantes, y frases inquisitivas de culpabilidad de unos y otros. Pero al final ¿quién paga el pato?, pues como siempre quien no tiene nada que ver en el asunto y en el caso de las universidades, es el que se limita a estudiar y ha hacer todo lo posible por aprender y sacarse las asignaturas. El estudiante. El que invierte tiempo y dinero sin tener claro hoy por hoy si su inversión le va a valer ni siquiera para encontrar un puesto de trabajo en la carrera que a comenzado con tanta ilusión y cariño. Se ve dentro de una manada de lobos hambrientos de sangre, que al verse incapaces de devorarse entre ellos, deciden atacar al más débil y confiado que no entiende ni qué está pasando.
Lo que está pasando, es que las universidades españolas han perdido el poco prestigio internacional que tenían, y se lo han ganado a pulso. No era cuestión de inversión en Investigación y Desarrollo, ni siquiera el problema es que no haya grandes profesionales capacitados para dar buenos resultados competitivos con otros países. El problema es que la propia organización de las universidades, la gestión de los recursos y las inversiones en los proyectos académicos es nefasta. Por tanto, el que más trabaja y mejor, se ve en una tormenta de impotencia y frustración constante. Y cuando llega la hora de corregir o calificar, la hora de planificar o impartir clases de docencia, su frustración es absorbida por esas miradas inocentes que sin saberlo van a ser devoradas por la cólera. El profesor ya no encuentra en el alumno alguien a quien enseñar y ayudar en su progreso para la superación de una carrera y finalmente ejercer una profesión. Ve un saco de boxeo al cual poder maltratar a su antojo. Inventándose todas las razones absurdas e inimaginables para hacerlo. Lamentablemente, el puesto del profesor en la docencia universitaria es la de un dios que todo lo sabe y que nunca se equivoca, y por más que insista el alumno que se ha cometido errores en calificaciones, y que su examen está aprobado porque si se compara este con el propio examen o ejercicios corregidos por el profesor, de forma aséptica, se ve que son iguales, no hay que darle más vueltas a lo que es correcto. Uno puede expresar lo mismo con diferentes palabras que a pesar de la tozudez del examinador la verdad objetiva es que son válidas ambas si el significado final es el mismo.
Sin embargo no hay Quijotes en esta historia, no hay profesores que sabiendo la lamentable actitud de sus compañeros, defiendan a los estudiantes y sus derechos. Que como el lector entenderá a estas alturas del relato, en España los estudiantes carecen de derechos. Solo es la palabra y criterio del profesor, por muy equivocado que esté, la que prevalece.
Una vez más estamos ante un retraso no solo social y económico del país, sino también cultural. Porque retrasa las titulaciones, las prolonga demasiado en el tiempo, cansa a los estudiantes que la mayoría de las veces abandonan sus carreras o ya no son competentes para realizar las funciones para las que les había preparado porque cogen aberración a sus estudios y su profesión. Por eso no es raro en España escuchar cosas como "soy físico de carrera, pero profesor de informática de profesión", "tengo la carrera de químicas pero ejerzo labores administrativas en un despacho de abogados", "tengo la carrera de publicidad pero ejerzo de periodista", etc. ¿De que sirve en España tener tantos titulados, si no salen adelante en sus profesiones?. ¿Nadie se ha preguntado nunca que todo el dinero que se invierte en educación no esta sirviendo para el aumento de la productividad del país?¿Nadie se ha dado cuenta que el problema no es el estudiante sino el centro de estudios el que no es eficiente?. Entonces, teniendo claro que las universidades españolas necesitan una reestructuración completa desde su base hasta el grado ultimo de las mismas, que son inservibles como instituciones pues no están cumpliendo con sus objetivos. que hay una variedad increíble de universidades pero no hay ni una sola que sea diferente a las demás solo que hay repeticiones de cargos, rector, decano, etc. Es decir, que no se hacen universidades porque se necesiten, sino por tener más cargos públicos altos y de prestigio con sus correspondientes maravillosos sueldos, una vez más, funcionarios y funcionarios.
Alguien pensará, ¿y si hay un problema por qué no se manifiestan los estudiantes?, ¿por qué no protestan?. Porque ya saben que no sirve de nada protestar, algunos piensan que la solución es resignarse, otros les da por hacerle la pelota al profesor de una forma bastante pesada y desagradable, y que tampoco da resultado, pero es otra manera de intentar que el profesor no te suspenda porque "le caigas mal" o porque "tenga un mal día". Algunos alumnos, y esto ya es para denunciar en juzgados, han optado y optan por ceder a favores sexuales de los profesores, esto que parece un tabú, existe. Tanto alumnos que cursan la carrera, como los que está sacándose el doctorado o el postdoctorado, han tenido a bien hacer algún tipo de favor sexual, que claro, el que no cede no puede competir con el que cede. Uno de los casos que conozco, que conozco varios, es el de un alumno que se convirtió en el amante de su profesora, a partir de ese momento daba igual lo que pusiera en el examen que tenía la nota máxima, las alumnas, no podían y competir claramente con su compañero, y escribieran lo que escribieran su nota no podía superar un 8 sobre 10, y si reclamaban a la profesora "en ¿dónde tengo el fallo si todo está bien?" la profesora con mueca de molestia en su trono de emperatriz académica se dedicaba a inventarse que "las avestruces tienen cuernos y que en primavera se las ve pastar junto a las vacas, y si no sabes eso tienes un 8". Penoso.
En definitiva, el problema no es solo que se regalen doctorados o masters. Que algunos alumnos no vayan nunca a clase y saquen matrícula de honor en todas las asignaturas mientras que otros sufran horas de estudio para acabar con un suspenso que no puedes levantar, porque al profesor no le apetece. El problema es que esté el gobierno que esté, o el partido que le toque, o la reforma que quieran, con los libros de texto que les venga bien, o las lenguas provinciales o nacionales, la educación es España de una incompetencia brutal, impropia de un país europeo y mucho menos de un país que se supone del primer mundo. Podemos hacer una comparativa entre países, educación y renta per cápita y España estaría en el ultimo lugar del mundo, y claro, eso no es ni casualidad, ni casos aislados ni un problema de los ciudadanos. Tampoco es un problema insalvable que no se puedan tomar medidas y solucionar con rapidez, es un problema de comodidad, de desidia, de familiares y amigos acomodados, de permisividad, de tolerar lo intolerable, etc.
En definitiva, ¿qué futuro le espera a un país que tiene como gobernantes a personas que se han "educado" en un sistema de enseñanza así?. Ahora, no es de extrañar que sepa más de economía y política el camarero de un bar que muchos ministros ¿no es cierto?.