Translate

viernes, 16 de febrero de 2018

La soledad de dos en compañía

Hubo un día que se me ocurrió preguntar a mis compañeros de teatro, ¿qué es lo que te da más miedo?. Inocente de mi, pensé que me dirían; arañas, serpientes... cosas así. Pero mi sorpresa fue que la mayoría tenía miedo a la soledad. Yo no tengo miedo a la soledad, pues desde pequeña he buscado mis momentos de soledad y aislamiento. Provocando estos, aunque la gente se empeñaba en hacerme compañía porque se sentían mal al verme sola. Pero es que yo necesitaba estar sola. Sin embargo, la sociedad te dice que estar solo es malo, que debes de tener amigos aunque sean imaginarios o pagados. Yo tengo amigos, pero los tengo porque les quiero, me quieren y cuido la amistad. Pero estar solo de forma voluntaria no es lo mismo a que te impongan la soledad como un castigo. Eso hace un año que lo sufrí, fui muy mala, porque fui valiente y me negué a ser una esclava sumisa de mierda. Me negué a destruir mi vida por culpa de la estupidez ajena, y eso casi me cuesta la vida. Y claro, el castigo a la independencia y a la liberta de una mujer es siempre el mismo. La reclusión total y la absoluta soledad. Y yo que ya sabía que una y otra vez se empeñaban en volverme Rapunzel, si no unos, otros, con la escusa de que "te estoy protegiendo", pues ya estaba un poco hecha a la idea, de que sería algo duro pero pasajero. De alguna forma encontraría la forma de fabricarme unas alas y poder volar. Aunque cada vez que me vieran construirlas, me las quemaran y rompieran, al final conseguiría escapar de mi prisión.
En esa soledad entendí porque otras personas tienen miedo a estar solas o pasar la vida solas. En realidad es que para poder estar solo y bien hay que asumir ciertas cosas. La primera, cuando estas solo haces un trabajo interior de entenderte a ti mismo y al mundo que te rodea. Eso es difícil, pero a mi me gusta. Eso sí, no dediques demasiado tiempo a esto, terminas volviéndote un filósofo y nadie entiende ni una palabra de lo que dices.
La segunda ventaja de estar solo es entender a los demás, reflexionas sobre la conducta de otros y sobre la tuya cuando te relacionas con cada individuo. Esto es aun más profundo y difícil, porque hay dos cosas que practicas, la crítica y la autocrítica. Nota: en el caso de los psicópatas no puedes analizar su conducta, son lo que son, no pierdas ni un minuto pensando o analizándolos, antes te vuelves loco que entender su locura.
La tercera es el análisis, encontrar las razones de los sucesos. De porque pasa esto, porque pasa aquello. Por qué una persona reacciona así, por qué yo reacciono asa.
La cuarta es la solución, este es el mejor momento de todos, y por lo que vale la pena estar solo o sola al menos un día a la semana. Si no se puede, pues unas horitas a la semana. Pero es necesario ese tiempo. En la cuarta fase encuentras como enfrentarte a todo de una forma positiva para ti y para tu entorno. A veces la forma positiva es decirle a la cara a alguien que es un imbécil, pero porque te sientes muy a gusto y aliviado después. Pero otras es decir a alguien que es maravilloso, que le quieres y que es importante para ti.
Muchas personas le llamarían a esto meditar. Pero yo que lo practico desde que tengo recuerdos, y supongo que antes incluso ya lo hacía. Pues no hago nada especial para esto. Solo me alejo de todo el mundo, cuando era niña tenía suerte y me buscaba un sitio especial. Aunque tarde o temprano los otros niños me encontraban y me sacaban a jugar. Sin embargo era un ritual encontrar ese sitio, que tenía que variar para que no me encontraran tan pronto, jejeje. Debía ser un sitio tranquilo, sin corrientes de aire, donde no hubiese frío ni calor, donde es sol no me molestase. Sin un hormiguero cerca porque me sentaba en el suelo, y con algo en el horizonte a lo que mirar y que despertara mi imaginación. Y ya está. Recuerdo que uno de los sitios tenía una fábrica abandonada a lo lejos. Mis amigos iban a verme a mi rincón y a veces, cuando se convencían de que yo estaba bien y no quería estar en otro sitio que no fuera ese, se sentaban y conmigo imaginaban una historia sobre la fábrica abandonada.
Los seres humanos somos seres sociables, necesitamos el calor y el amor de los demás, y necesitamos la reciprocidad. Dar y recibir, amor, cariño, atenciones... Lo que no suelen decirnos nunca, es que necesitamos también el silencio, la soledad, la paz, escucharnos a nosotros mismos, enfrentarnos en soledad a nuestro YO a nuestro EGO voraz y demoledor. Necesitamos llorar, necesitamos luchar contra nosotros mismos, contra nuestro miedos y ganarlos una y otra vez.
Solo hay una manera de ganar la batalla que libramos con nuestro propio YO y ganarla. Solo hay una manera de ser uno mismo y fiel a como se es. Y esa manera es estando solo un rato y pensar.

No hay comentarios: