Muchas personas sufren lo que se denomina paranoia, consiste en encontrar personas que pueden hacerte daño en cualquier momento y en cualquier parte. En mi vida, he sufrido situaciones tan extremas que podrían rallar la paranoia, no porque yo piense que alguien tenga la intención de dañarme, más bien al contrario, me he confiado en que nadie quiere hacerme ningún daño y de repente me he encontrado con una buena leche.
La claridad o agudeza mental es algo que cada vez menos personas poseen. En una mezcla de intuición y experiencias personales. Sirve para estar precavido ante sucesos probables y para avisar de estos a los seres queridos, o a aquellas personas que nos piden consejo.
Cuando era niña, la mayoría de los ancianos tenían una gran claridad mental. Todos ellos habían vivido una guerra y una postguerra, y eso curte mucho mentalmente. Sus capacidades para distinguir entre la realidad y la fantasía eran inimaginables. Recuerdo como veían las noticias en televisión, o leían los periódicos, y te contaban una historia que no tenía nada que ver con la versión oficial. Recuerdo como decía mirándome a los ojos, "la verdad es la que yo te digo".
En mi familia, había y hay, muchas personas con esta claridad mental. Durante años, fui muy en contra de estas manifestaciones que para mí eran fruto de una paranoia, lo que hacía sufrir mucho a mis familiares. De hecho pensaba que alguno de ellos era gafe, porque el nivel de acierto, sobre todo en cosas malas era demasiado elevado para cumplir una estadística. Pero dice el refrán que "no hay más ciego que el que no quiere ver", así que yo tuve que experimentar en mis propias carnes muchas derrotas, muchos engaños, y muchos sin sabores, para darme cuenta de que aquellos que me protegían avisándome de que me iba a suceder con tanta antelación, lo único que pretendían era protegerme.
¿Por qué las personas con claridad mental queremos avisar a otras?. La verdad es que yo lo veo como si todos fuéramos en un mismo barco, y uno de los marineros ve como se acerca una tormenta, y avisa. Pero una de esas veces, el marinero, intuye una gran tormenta, pero solo ve algo que le hace sospechar esto, su vista desde el palo mayor es privilegiada y corre a avisar a los otros marineros. Se desespera bajando a toda velocidad y avisando a gritos a todos, porque es muy probable que el barco pueda naufragar, lo que pondría en juego las vidas de sus compañeros, y por supuesto, la suya propia. Sin embargo, desde abajo, en cubierta, los marineros no ven nada. El cielo está muy despejado y la mar está en calma, así que piensas que lo que está haciendo es alarmar innecesariamente, y formar un revuelo sin sentido. Cuando la tormenta llega, algunos que escucharon, pudieron salvar su vida, otros perecieron. ¿Pero que le pasó al que aviso de la tormenta?. Por una lado, tiene en parte un sentido de culpabilidad, porque de algún modo se siente responsable de tener una información que podía haber salvado la vida de sus compañeros. Por otro lado, no es en absoluto responsable, porque al menos intento avisarles a todos, aunque lamentablemente no tuvo éxito, lo cual se reprocha aunque sea consciente de su inocencia.
De algún modo, el que a mi me hayan intentado abrir los ojos, tantas y tantas veces, la mayoría de estas sin éxito, hace que tenga cierta obligación moral de avisar a otros de lo que veo muy claramente. Es decir, que no son dotes adivinatorias, sino simplemente que atando cabos se llega a conclusiones que muchas veces son acertadas. Es verdad, que hay algo físico cuando tienes una posible solución a un problema, como una especie de EUREKA. Hay una emoción muy fuerte y difícil de controlar, y que sino se suelta se estalla por dentro. No se intenta convencer a nadie, solo de avisar, cada uno toma los consejos como son, pero el que te avisen te prepara para poder salvarte, como los marineros en la tormenta, donde solo los necios murieron ahogados.
No se es afortunado por tener claridad mental, porque la gran mayoría de las veces, no puedes evitar el transcurso de los acontecimientos, solo puedes estar prevenido antes que estos sucedan. Y crea mucha ansiedad, el estar muy seguro, en mi caso, segura, de que va a pasar algo, y no poder hacer nada para evitarlo.
Supongo que como aquellos ancianos, tendré que aprender a utilizar esta información que me llega de una manera tan poco convencional, de saber gestionarla, comunicarla, y al mismo tiempo que no me afecte en mi vida personal. Porque en este mundo, aunque tengas la razón, y algo para ti es muy evidente y tengas miles de pruebas de ello, sino te quieren creer, o te llaman loco o te toman por estúpido o por alarmista. Muchas veces, dan ganas de tirar la toalla, y pensar, "yo hago las cosas con la mejor intención posible, así que como no me quieren escuchar, me callo y que se jodan", pero esto sería muy egoísta por mi parte, y además me convertiría en una verdadera hija de mala madre, así que trataré de informar a quien tenga la capacidad de escuchar, de forma que pueda entender sin alterarse, todo un arte, que de momento, por supuesto, no domino.
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