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viernes, 23 de diciembre de 2016

Medio-hombre y media-mujer

Estamos en un momento cultural, donde nos educan para no madurar nunca. Lo que hace que se debiliten seriamente nuestras relaciones afectivas, y que dañen nuestro futuro como especie. Siempre ha existido una guerra de sexos en las que unos intentaban imponer a otros unas normas no escritas o no establecidas, en otro lugar que no sea la misma sociedad. Es cierto, que ni la educación laica, ni la educación religiosa, a favorecido en ningún momento la estabilidad entre los sexos, ni siquiera a conseguido la estabilidad sexual.
Durante mi vida, he conocido la evolución de la mujer y la del hombre. Pasando del hombre posesivo y dominante de hace 50 años al hombre abierto y sensible de hace 10 años. La mujer, pasó de ser sumisa ama de casa, y ama de cría, a amante sensual y objeto de deseo. Hoy por hoy, todo esto se ha acabado, la era del egoísmo ha marcado un antes y un después, y aunque los antiguos tópicos han acabado en parte, no se ha solucionado nada, más bien en estos últimos 10 años, se ha acabado definitivamente con las relaciones sanas, intentando de alguna forma darnos a entender que los tópicos entre ambos sexos eran mejores que el desastre actual. No es así, los tópicos deben acabar, los seres humanos debemos ser como somos, y no como nos diga la sociedad que debemos ser, para vivir más acorde con la moda que se nos impone. La "norma", es lo "anormal", de hace unos años, pero eso que ahora es "normal", ¿cuándo no lo fue?. Recuerdo que en mi juventud, se puso de moda la homosexualidad, hasta el punto, que si no eras al menos bisexual, es que te estabas perdiendo algo bueno, o que eras de mente cerrada. Por su puesto, yo soy una convencida heterosexual, y no me ha dado por probar cosas que sé de antemano, que si no me atraen de forma natural, es porque no me van a gustar, y la moda no va a cambiar eso en mi. Hoy por hoy, se impone la moda de la promiscuidad, en fin, es una opción como cualquier otra, e igualmente respetable, pero tampoco debemos autoimponernos que para ser felices debemos ser promiscuos, porque si nuestra forma de ser nos hace ser monógamos y buscar parejas duraderas y estables, no podemos forzarnos tampoco a lo contrario, porque podemos sufrir graves daños en nuestra personalidad y en nuestra estabilidad emocional, daños que en algunas personas pueden ser irreparables. Es decir, no debemos imponer cosas sobre nosotros, por el solo hecho de ser aceptado por otros, ya que somos nosotros los que debemos aceptarnos a nosotros mismos.
El medio-hombre y la media-mujer que la cultura actual nos impone, es bastante homogéneo para ambos sexos, debido a que es una mera estrategia comercia, que beneficia a las grandes empresas, ya que les convierte en consumistas compulsivos. Este consumismo, se basa en la insatisfacción personal que siempre tendrán este tipo de individuos, ya que su conducta siembre les lleva a una frustración sin salida de la que son víctimas y verdugos. Ente algunas de sus características, puedo citar las siguientes:
- Egoísmo extremo
- Egocentrismo extremo
- Alejamiento de la realidad, y suplantación de esta por una fantasía basada en una estructura social que no existe nada más que en los medios de comunicación (películas, series, redes sociales, etc)
- Necesidad de vivir una vida ejemplar, para dar envidia a otros y no solo por la autorealización.
- Necesidad de perfección tanto de uno mismo como de lo que nos rodea. Hasta el extremo de cuidar hasta el mínimo detalle de todo lo que nos rodea para que parezca perfecto y acorde con lo que necesitamos en esa perfección. Anulando o haciendo desaparecer lo imperfecto o molesto.
- Nula capacidad de adaptación o espíritu de sacrificio por otros seres humanos
- Incapacidad de amar o de querer, y de aceptar el amor o el cariño de otros, sobre todo si son verdaderos.
- Utilización de todo lo que nos rodea para conseguir nuestros fines egoístas.
- Conversión de la persona en objeto. Cosificación, nos convertimos en objetos y convertimos a las personas que nos rodean en objetos. Esto llega al punto, que nuestra pareja es un objeto y nuestros hijos también.
- Alejamiento de todo aquello que no tiene que ver con nuestros gustos, aficiones, ideologías o creencias, convirtiendo en amenaza, a todo aquel que no las comparta. Hasta el punto, de intentar destruir de alguna manera las personas que no tengan estas cualidades afines a ti.
- Falta de respeto y empatía hacia cualquier otro ser humano, sobre todo si no tiene una utilidad inmediata para nuestra realización egocentrista y egoísta.
- Falsa seguridad en uno mismo, ya que detrás del ego fotografiado hay una falta de autoestima enfermiza.
- Conversión en avatar, creación de un personaje ficticio muy alejado de nuestro YO real, para adaptarlo a la situación social que en ese momento requiere de una conducta o de otra.

Todas estas característica y muchas más que no he citado son los supuestos "hombres" y "mujeres" del presente, y todo apunta a que lo seguirán siendo en el futuro.
Cuando yo era muy joven, a este tipo de personas se les denominaba genéricamente PIJOS, niños de papá y mama, cuyo único abrazo era el del dinero. Ahora han evolucionado, se han expansionado, y se se ha convertido en una enfermedad que ya llega a tener carácter de plaga. Cuidado apreciado lector, puede que sin darse cuenta se haya convertido en un PIJO, y aun no lo sepa.



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