Translate

martes, 30 de agosto de 2016

Adicciones

Si hay algo que intento evitar en mi vida, es que algo me controle en vez de controlarlo yo. Esto puede ocurrir con el alcohol, las drogas, el sexo, el juego, etc.
Todo el mundo que controla o piensa que controla, la bebida o las drogas se siente muy orgulloso de su fuerza de voluntad, y de su poder frente a las mismas y de su gran autocontrol, que le convierte en una persona sociable y a la vez sana. Aunque claro está, para estar sano mejor no tomar nada de esto, pero yo no voy a juzgar a nadie, ni creo que haya que ir a extremos de nada.
Lo curioso de esta sociedad actual, es que tanto la adicción al sexo, como la adicción al juego están muy bien vistas.
Cuando tenía unos veinte pocos años me di cuenta que era adicta al juego. Desde muy pequeña había jugado a vídeo juegos típicos de consola, y más tarde comencé con esos interminables juegos de ordenador. Y como conocía gente que hacía lo mismo que yo, pues no le daba ninguna importancia a estar horas y horas jugando en la misma postura hasta que llegara la hora de comer o de ir al baño, que en ocasiones podías posponer con tal de seguir jugando. Como es natural, las personas más mayores que yo, y por supuesto, sin adición a los videojuegos, me decían una y otra vez lo que me estaba pasando, pero como yo me creía mucho mas lista que ellos no les hacía ni caso. Hasta que un día, no se muy bien porque, puede que alguien me lo dijera y yo hiciera la prueba. Intenté controlar el tiempo que me tiraba jugando a algo, y con la ayuda de una alarma, parar de jugar para hacer cualquier otra cosa, como salir con los amigos que no está nada mal y menos a esa edad. Pero me di cuenta, de que podía para la alarma una infinidad de veces siendo incapaz de controlar el tiempo de juego. Me buscaba primero falsas promesas, como la de "cuando acabe con esto", refiriéndome a una partida, a llegar a un nivel o a lo que sea, porque eso depende del juego. No había forma, seguía viendo la vida pasar mientras echaba horas y horas como una auténtica gilipollas sin hacer nada productivo en mi vida salvo pasarme pantallas o entretenerme con cosas absurdas.
Intente no jugar, pero teniendo un juego instalado es casi imposible no hacerlo, cuando enciendes el ordenador y te queda un rato tonto ¿que haces?, sí, eso, juegas, y como no te controlas, pues te tiras no 10min sino 4 horas jugando sin parar. Es como ver la tele, que lo mejor es no encenderla para que no te deje zumbado, pues igual. Por tanto, no había opción, había que desinstalar los juegos, todos o casi todos, y tomárselo en serio. Al final, con tal de jugar, jugaba a los juegos que vienen con el PC, y me costo bastante decir que no a todos esos juegos que te pasan los amigos y de los que hablan sin parar. Pasar de las novedades y de todas esas historias que te enganchan como las pijas a la moda. 
Y por supuesto lo conseguí, durante casi 10 años no he jugado a los vídeo juegos, o no de forma obsesiva. Ahora puedo jugar, controlar el tiempo de juego y por supuesto, no gastar ni un duro en eso.
Puede que al lector le parezca una estupidez mi historia, pero si te has pasado más de una hora jugando a algo, y no has podido parar, y te dolía todo el cuerpo y seguías, puede que debas meditar sobre ello. Sobre todo porque todo trabajo tiene una recompensa, pero jugar a los vídeo juegos, por mucho que te engañes no aporta mucho, te entretiene y te despierta un poco, pero eso lo hace jugando como mucho 30 min al día, no necesitas más. 
También existe la adición al sexo, o al amor. No voy a hablar en primera persona, porque no considero que yo sufra estas patologías. Pero si he conocido a mujeres adictas al amor, y de las misma manera que mi adición a los vídeo juegos, ellas invertía gran parte de su tiempo en buscar una pareja perfecta, mientras probaban cada vez con una diferente, bajando el listón cada vez más. Porque eso es lo que pasa con las adicciones, que empiezas siendo muy exquisito y moderado, y terminas consumiendo cualquier cosa.
Como moraleja o consejo, no se como lo vera el lector. Yo creo que ya que nos exigimos cada vez más a nosotros mismos, por qué no empezamos a intentar controlar este tipo de cosas de nuestra vida. Porque si amas la libertad, ¿cómo puedes dejar que estas cosas te controlen?. ¿No es irónico?.



No hay comentarios: