Hay una costumbre española que consiste en cuantas más alabanzas escuches de un difunto, más salgan en televisión y en todos los medios de comunicación hablando bien de alguien, es porque era una persona tremendamente odiada por los que lo conocieron o lo trataron en primera persona. Y los mismos, que quizá en los días posteriores al óbito alabaron al difunto, son los que a los pocos meses se dedican a sacar los trapos sucios con cuantiosas ganancias para aprovechar la situación y la tan ansiada revancha.
Y esta vez, curiosamente el día 11M, falleció un político que se puede recordar como el político más inútil y anodino de la historia del país, que pasaría sin pena ni gloria sino fuese porque fue cómplice con su silencio y sus actos de parte de la historia más negra de la política reciente de España.
Curioso es, cuando por supuesto ni se me ocurre pedir descanso para semejante sabandija y alguna persona me llama mal educada por ello. Cuando yo me pregunto quien me puede a mi decir si doy o no el pésame o pido o no el ansiado descanso eterno. Muchos piensan erróneamente, que es cosa de educación aquello de "descanse en paz", o la abreviatura de D.E.P o R.I.P. Es totalmente falso, cada persona puede decidir si desea pedir el descanso o no de otro. Y por supuesto no tiene sentido pedir descanso a un sinvergüenza, ese que trabaje en otra vida para arreglar lo que en esta destrozó, si eso es posible claro.
Los más desagradable de todo esto, es que no salen nunca en los medios de comunicación, no se les hace tanta propaganda a las personas que realmente aportan algo positivo al país. Sean políticos, médicos o ciudadanos normales y corrientes. Esos, parece ser, no tienen derecho a descansar en paz, ni a las alabanzas ni a reconocimiento alguno. Aquí, en España, cuanto peor persona eres en vida, más homenajes tienes en muerte.
No señor R, no descanse en paz, como no dejo vivir en paz a mucha gente en vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario