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martes, 28 de noviembre de 2017

Primero pensar, luego comprar

Muchas personas piensan que el mayor problema que tienen a la hora de evitar comprar a las grandes empresas y no a las medianas o pequeñas, es el precio. Consideran que los precios de las grandes superficies son menores que los de los comercios de calle. Esto es totalmente falso, los comercios de calle, aunque como siempre, no todos, se han adaptado a la brutal competitividad que las grandes empresas monopolisticas con enormes ventajas fiscales tienen. Es decir, que aun jugando contra una desigualdad tremenda, los comerciantes se han sabido adaptar y competir para poder mantenerse contra viento y marea. A pesar de tener el propio gobierno en contra, y sabiendo que los generadores de riqueza y empleo es el pequeño comercio, estos se mantienen en una lucha constante que por su puesto el cliente que no tiene un comercio o no sabe lo que es trabajar en un pequeño comercio, no puede entender la gravedad del asunto.
Sin embargo, yo recuerdo cuando era pequeña, y aun no existía un número tan elevado de centros comerciales y grandes superficies donde comprar de todo. Que el principal problema era el siguiente ¿dónde compro esto?. Primero tenías que saber qué necesitabas, luego, cómo se llamaba lo que necesitabas, y por último dónde comprarlo. No te molestaba tanto el precio, eso ya te lo dirían en la tienda, y si te parecía razonable pues lo comprabas, sino pues te buscabas otra tienda que vendiera lo que querías. Pero lo importante es saber donde lo vendían, porque el tendero te iba a contar todo sobre ese producto que tu hasta ese momento desconocías por completo. No solo te lo iba a vender, como ahora hacen esos trabajadores de las grandes superficies que tienen en la camiseta puesto "estoy para ayudarte", sino que hacían algo más importante, te educaban en la compra. Me acuerdo las primeras veces que fui a una ferretería, que es todo un mundo. Tienes un problema, y dices al tendero "quiero esto", pero el tendero no te lo daba y ya está, como hacen estas empresas nada comerciales pero si muy grandes y con mucha luces y carteles. El tendero te miraba a los ojos, entendía que no sabías ni lo que necesitabas y te preguntaba "cual es tu problema", y se pasaba el tiempo necesario con una sonrisa tremenda pensando como ayudarte y consiguiéndolo por muy mal que te supieras explicar. Esa atención al cliente, está en peligro de extinción. Porque requiere dos cosas importantes, la primera que el vendedor sepa hacer su trabajo y la segunda las ganas del comprador de aprender. Lo primero los centros comerciales lo quieren suplir a duras penas con una formación basura a sus trabajadores, que más bien venden lo que le interesa a la compañía que lo que le es útil al comprador, porque hay que recordar que una gran empresa gana dinero vendiendo mucho, no vendiendo bien. Así que da igual que vayas a una empresa grande especialista en materiales de bricolaje, y compres algo, preguntando incluso al trabajador de turno, lo que compres, raramente te será útil. Normalmente si compras 10 cosas, solo 2 te valen, el resto es basura inútil que has pagado, pero entre que se te pierde el ticket para devolverlo, o que el precio es barato, pues ya te han robado otra vez descaradamente. Y todo porque vamos a los centros comerciales con un problema en la cabeza, pero sin saber su solución. Buscamos entre los millones de productos una solución a nuestro problema, pero solo encontraremos apaños, que se juntan con otros apaños y al final solo tienes un montón de basura en casa que has pagado con mucho gusto.
Por tanto, el negocio no es tanto el precio, sino el no tener ni idea de comprar, y aprovecharse del inculto, ignorante y aborregado comprador para engañarle y colocarle el máximo de productos inútiles en la cesta. Mientras que cuando va a la tienda de toda la vida, solo comprará lo que le vale realmente para algo. Y no porque el vendedor, no quiera colar también más cosas, porque los pequeños comercios también se saben el truco de "ya que compras esto, llévate esto también", sino porque el cliente desconfía del pequeño comercio, y claro, comprará lo que quiera. Mientras que en la gran superficie el consumidor no compra lo que quiere, compra un 99% de basura y 1% de aquello que necesitaba comprar, pero aun así vuelve porque las luces son muy bonitas y aunque me roben, yo estoy seguro que me ahorro 1 euro porque en la tienda de al lado de mi casa, vi felpudo por 6.50€ y en este centro comercial, que he tenido que coger el coche, gastar más de 1 hora de mi tiempo en venir, más de 1 hora en buscar el felpudo en tienda, y más de 1 hora dando vueltas y ya esperando a que me cobren, pues si, estaba más barato, he pagado 5.50€ por un felpudo de peor calidad, pero soy muy listo, me he ahorrado 1 euro y eso me hace sentir muy bien así que volveré otro día cuando tenga un problema o me lo busque para venir.
Le recomiendo al lector, que se de un paseo, que compre en las tiendas próximas a su domicilio o lugar de trabajo, y que no le hagan pasar por tonto nunca más, aprenda a comprar.

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