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jueves, 7 de mayo de 2015

Suspensos

Si hicieran el siguiente experimento, que por supuesto no van a hacer porque a muchos  se les caería la cara de vergüenza, muchos nos quedaríamos más tranquilos, sobre todo por ver reflejado sobre el papel lo que ya sabemos todos.

El experimento consistiría en lo siguiente:

- Examinar a los profesores sobre su propia asignatura

- Evaluar la capacidad docente de los profesores

- Intentar hacer un examen de una asignatura sólo con las explicaciones que te da un profesor durante una clase.

El suspenso es total, y la nota no creo que fuera mayor que cero, a no ser que como siempre se hace en la evaluación docente en España, todo fuese una auténtica farsa.

Los profesores se limitan a dar discursos de las asignaturas que no dominan, pero si se han aprendido de memoria una serie de conceptos, fórmulas y fechas, como hacen aquellos curas que repiten dos versículos de la biblia constantemente a modo de mantra. 

No tienen ni la más mínima idea de lo que es la docencia, y más utilizan sus trabajo para desahogar sus frustraciones personales, que para ejercer lo que es en teoría su oficio.

Si una persona que no conoce nada sobre una materia, se la cuentan durante una hora, y cuando sale de la clase, está más perdido que cuando entró, no es que esa persona sea tonta, es que el profesor a a brillado por su ausencia, y su lugar lo a ocupado un charlatán que repite cosas como un loro, sin tener ningún sentido ni para el que las dice, ni para el que las escucha. 

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