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domingo, 30 de abril de 2017

Decadencia y renacer

España, el país donde me he criado y que me ha visto nacer lleva desde antes de 1936 en absoluta decadencia, y todos esos falsos años de bonanza donde muchos creían que vivíamos bien pero en realidad solo era el preámbulo para lo que ahora llaman crisis han servido a muchos que no se enteraban de nada y que vivían en un mucho irreal para ver la realidad.
Mi país es un bello país lleno de personas con una riqueza cultural y humana increíble. La gran variedad de culturas ha permitido a España ser muy diferente al resto de países de Europa, motivo por el cual ha sido muy castigada. En esta piel de toro se ha desconfiado siempre del poder, pero se ha intentado al mismo tiempo querer creer que dentro del egoísmo y de la maldad del poder establecido había algún mínimo de humanidad y de civismo, pero desde hace ya varios años y con la ayuda del gobierno a los bancos que han arruinado a la mayor parte de la población. Los españoles se dieron cuenta de que no era así, de que los gobernantes tenían un sentimiento enfermizo y psicopático donde les importaba muy poco si el pueblo vivía o moría con tal de salir beneficiados con más poder y dinero.
Esta es nuestra pequeña gran revolución francesa. Ahora todo el pueblo empieza a saber con nombres y apellidos quien son sus ejecutores. Empieza a descubrir el verdadero fondo de malignidad de aquellos que debían velar por su seguridad y por su felicidad, la suya, la de sus ascencientes y la de sus descendientes. Ha sido un duro golpe para un pueblo que quería creer que aquellos que se llamaban españoles defendían los intereses de la patria, y que sabían lo que esa palabra significaba por encima de todo. Los españoles no se llaman patriotas, porque la dictadura franquista se encargó de hacer que muchos se avergonzaran de pertenecer a este país. Sin embargo, es algo que nace de los pueblos el estar orgulloso de las cosas buenas que su lugar de origen les aporta en la vida. Y poco a poco se va mostrando que la palabra tan ensuciada y maltratada como es España, tiene un sentido que ninguno de los españoles entendía hace unos años. España no es un territorio con fronteras y banderas, es un conjunto de personas que intentan convivir en paz y armonía, respetando culturas y opiniones diversas, y al mismo tiempo enriqueciéndose y estando orgullosos como no puede ser de otra manera, de esa diversidad.
En este pequeño país que es bañado por dos mares y un océano hay una riqueza que no se puede calcular con una fórmula matemática pero que persiste desde hace miles de años. Nadie sabe si es el sol quien hace que tengamos este carácter entre loco y excéntrico. Que seamos algo mediterráneos y algo continentales, un poco del norte y otro poco de sur, pero nada en exceso ni en defecto. Pero quizá esta diferencia que nos ha hecho débiles sea lo único que nos permite ser fuertes ante los acontecimientos que se aproximan a nosotros como un sunami imparable.
Los habitantes de este pequeño país han demostrado mil veces y lo demostrarán mil veces más, algo que muchas veces han gritado y muchas más gritarán "el pueblo unido, jamás será vencido". Y por mucho lavado de cerebro, por mucha mierda que nos quieran imponer con las estrategias más novedosas en control mental y en zombificación de la población, siempre habrá un mínimo porcentaje de ciudadanos que despierten a los que puedan y poco a poco, como piezas de dominó la verdad va a saliendo a la luz, y los que no ven terminan viendo a pesar de su negación total a la realidad.
Es triste, que para despertar algunas personas hayan tenido que perder lo todo, no solo sus bienes materiales sino también a sus familias, y algunas personas no soportando la presión han optado por quitarse la vida ya que no aguantaban vivir en un mundo que no era como creían, sin esperar a entender que es un mundo mucho mejor.
Nuestro país al sur de Europa, sabe que es distinto y que es un orgullo ser distinto no una cruz que llevar a la espalda como un castigo divino. Solo hay que asumir que una de las cosas que nos hace diferentes es en poder superar con la cabeza muy alta, que los poderosos nos han engañado, nos han estafado y que deben pagar por ello para reconstruir el país de la forma más justa posible. Justa para la mayoría de los ciudadanos y no para una minoría impuesta, compuesta pos psicópatas inútiles y descerebrados. Y ese es un buen motivo para seguir viviendo y luchando, para no ser solo un pequeño país de Europa que ha hecho de la necesidad virtud, y que tiene ese refrán de "no hay mal que por bien no venga". Este pequeño país puede que sea visto por otros como el ejemplo de como salir adelante ante un enemigo tan grande y voraz, cuya capacidad destructiva no tiene límites ni conciencia.
Si una vez luchamos todo pueblo con palos y aceite contra uno de los mejores ejércitos del mundo y ganamos, qué no vamos a poder conseguir ahora que estamos mejor preparados. Y si nosotros podemos, no hay escusa alguna para que no nos sigan muchos otros.
No luchamos por una ideología política ni por una religión, luchamos por la paz, por el amor, por la felicidad, ¿y esos no son buenos motivos para luchar?. No encuentro otros mejores.

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