Hoy toca hablar por aquí. Hace años que no escribo en este blog y las razones son miles. Entre otras y la principal, es que cuando yo escribía mis mil diferentes divagaciones que no podía compartir con nadie porque nadie entendía nada de lo que decía. Y tenía sentido mandar esta carta dentro de una botella por si alguien en alguna parte le encontraba sentido a mis palabras. Por suerte eso fue hace mucho tiempo, y a pesar de que la CENSURA y la LOBOTOMIZACIÓN es mucho mayor que entonces, también hay muchas más personas que han decidido comunicarse, hablar, expresar sus sentimientos sin reparo y sus opiniones de muy diversas formas.
Quizá el que queramos hablar con el vecino a través de internet, es porque justamente no hablamos con nuestros vecinos, no los conocemos y lo que es peor, ni siquiera los queremos conocer. Se ha roto el paisaje en mil millones de piezas que son un puzle irrecuperable que no nos deja ver el hermoso paisaje que se encuentra escondido y que solo con amor, paciencia y cariño volveremos a unir.
Es verdad que atrás quedaron esos días en los que mi fuerza de voluntad era tal que dedicaba gran parte de mi tiempo a ayudar a lo demás. Y hoy no tengo más tiempo que entonces, pero sí lo aprovecho mejor. He aprendido que no hay que ayudar a todos, que todos no cabemos en la barca de Noe porque no es así como funciona. Hay que dejar gente fuera. Esa gente que ni siquiera se molesta en saber si existen o no más seres vivos que ellos mismos si no sienten una necesidad que deban satisfacer, así pues no valen ni el tiempo ni el comentario sobre ellos. Son los famosos " A FUERA" que todos sabemos quienes son pero no somos capaces de señalar o de nombrar.
Y a pesar de que como europea que soy y española de corazón, de sentimiento y patria, estoy muy preocupada por las noticias que nos llegan de un volcán en erupción que tarde o temprano, o lava o cenizas nos terminará matando de una manera u otra. No siento temor, ni ansiedad ni miedo. Puede ser porque del destino ahora soy consciente que no está en mis manos, sino en las de todos. O puede ser porque a lo que no se le puede poner freno, mejor quitarse de en medio.
Tampoco se puede vivir con miedo, y habiendo tenido la suerte de tener en mi familia personas que sobrevivieron a la cruel guerra civil española. Y que a pesar del dolor sufrido vivieron con dignidad felicidad y alegría. Quién soy yo para no sacar fuerza de flaqueza, para no mirar al frente, para no levantar la cabeza y decirme todos los días "que se jodan que voy a tirar para delante".
Y así, hacia delante caminamos a donde sea, puede ser que vayamos hacía la irremediable tercera guerra mundial, la más nefasta y destructiva de todas las guerras. La guerra que no dejará a nadie sano, sin heridas psíquicas o físicas. La guerra que supondrá la mayor destrucción del planeta, esa que todos tememos pero que todos sabíamos que podía llegar aunque nunca pensamos que la íbamos a vivir.
Pero sin esconderse como ratas, sin callarse como traidores nos moveremos camino a un destino lento e inexorable.
Que sea lo que los Dioses piadosos decidan porque nuestro destino sino está marcado lo estará muy pronto.
Suerte a todos
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