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viernes, 19 de febrero de 2016

En nombre de Dios

Hay muchas cosas que no logro entender de este mundo, y hoy le voy a contar una de ellas.

Le voy a pedir que haga un gran esfuerzo, y que utilice toda la imaginación de la que disponga.

Vamos a imaginarnos que hoy, existe una civilización que desapareció hace miles de años, y es la Egipcia. Vamos a imaginarnos a los antiguos egipcios, caminando entre los antiguos templos, pero haciéndolo hoy en día. Con todo lo que eso significa. Pero también nos vamos a imaginar, que otra civilización estuviese hoy viva, la Maya.

La civilización egipcia adora a un dios llamado Ra. Mientras que la Maya, adora a un dios llamado Ahau. Ambos dioses son el mismo, pues son el Sol. Todos sabemos que es el sol, somos conscientes de que el Sol ilumina con la misma intensidad y generosidad los campos de Egipto y las tierras mexicanas. Pero ambas civilizaciones entran en conflicto en una gran batalla, aún compartiendo el mismo dios, no comparten la misma religión. ¿Tendría sentido que se enfrentasen sabiendo que el sol va a seguir siendo igual de generoso con ambas?.

Para nuestros ojos, o al menos para los míos. No tendría ningún sentido que teniendo en común un mismo dios, dos civilizaciones igualmente ricas, poderosas y cultas, se enfrentasen. Podrían buscarse otras razones, como el poder, la riqueza, etc. Pero nunca se podrían enfrentar dos civilizaciones, por muy distintas que fueran, si comparten un mismo dios. ¿Que pasaría con el vencedor?¿Se guardaría al sol en su palacio?. ¿Y el derrotado?¿Viviría en la oscuridad eternamente?. Saben que no sería así, saben que pensar así es absurdo, ¿verdad?.

Pues quédese con la idea de lo absurdo que sería matarse por la propiedad y exclusividad del Sol entre Mayas y Egipcios, y ahora viaje conmigo a la Europa actual, la que conocemos bañada por el cálido mediterráneo.

Los Judíos, los Musulmanes y los Cristianos comparten el mismo dios. Pero desde hace 2000 años, se matan entre ellos. Se matan cristianos con cristianos, musulmanes con musulmanes, judíos con judíos, y también entre unos y otros, indistintamente. ¿Le encuentra algún sentido?.

Hoy nos llevamos las manos a la cabeza pensando que los musulmanes se están matando entre ellos, pensando que están locos, por matarse cuando comparten un mismo dios y una religión que coincide de unos a otros en un 99%. Pero si nos acordamos de los católicos, protestantes y demás cristianos matándose entre hermanos durante cientos de años, no nos parecerán tan bárbaros. Y tampoco hay que olvidar que los judíos que esperan ansiosamente la llegada del profeta, del mesías. Fueron los responsables de la muerte de Jesús de Nazaret, que era judío, de sangre, nacimiento y religión.

Es fácil pensar que un mismo dios, no elegirá entre uno de sus hijos. Es decir, que no estará ni de un lado, ni del otro del frente. A pesar de que haya pasado a la historia la frase de "con este signo vencerás", para justificar la barbarie cometida por los cristianos hace cientos de años. Es teológicamente y de sentido común, absurdo e insostenible, justificar la masacre en nombre de dios. Por tanto, yo me pregunto, ¿en nombre de quién está muriendo tanta gente?.


sábado, 6 de febrero de 2016

Dos caras de la misma moneda

Cada vez salen a la luz más cosas del ladrón bicéfalo. Pero aún no se conoce ni el 1% de la corrupción y la mafia que domina España.

Se están centrando en los políticos porque es la cara más visible de la sociedad, pero aunque estos paguen sus delitos, que aun esta por ver que lo hagan, falta mucho por reconstruir en este país.

La destrucción de España comenzó en 1936, y no han dejado apenas nada de su historia ni de su identidad nacional. Los que hoy en día se burlan de los ciudadanos llamándose así mismo patriotas, y partidarios de la unidad del país. Son los que lo han destruido del todo, y han construido un falso país, con unas falsas ideas, y una falsa bandera.

No interesa que el ciudadano medio sepa la verdad, porque dejarían de ser militantes de los partidos de la mentira. Si los ciudadanos supieran que los que se llaman patriotas han vendido el país. Si supieran que los que dicen defender el bienestar social, lo que realmente hacen facilitar el control del país en escasas manos poco habilidosas. Estos ciudadanos, ignorantes y aborregados, no defendería los colores de partidos políticos, como si fueran perros amaestrados.

No interesa que el ciudadano medio, sepa que para los oligarcas, no es más que un autentico gilipollas fácilmente manipulable. No interesa que sepa, que no es más que un esclavo que defiende los intereses de su amo.

¿Defendería una persona sana y cuerda a alguien que le maltrata, le vega, le agrede, le insulta, y le viola?. Pues en España hay millones de personas, que por unas escasas falsas y absurdas ganancias, que en realidad son  miserables limosnas, lo hacen, Y no solo defienden los intereses de la oligarquía, sino que destruyen todo aquello que pueda amenazar el poder absoluto de sus amos.

Por esta razón, cuando los españoles se levantaron por su libertad, fueron duramente castigados, y aun estamos viviendo ese castigo. Castigados por querer ser libres y convivir en democracia como hermanos. Y esos, los españoles, perdieron la guerra. Y los oligarcas, con su séquito de perros esclavos dicen que la ganaron. En realidad, ¿quién se puede enorgullecer de haber destruido a tu propia gente, a tu propio país, a tu propia nación para crear algo amorfo a su imagen y semejanza?.

Pero la triste realidad, es que tras 80 años viviendo en este país inventado, la mayoría de la gente ya no sabe cual es su verdadero país. Ya no se acuerdan del espíritu de la gente que vivía aquí. Parece que los Españoles siempre hemos sido gente loca, ladrona y desagradecida. ¿Acaso alguien puede pensar que la España de hoy podría salir a alta mar para descubrir un nuevo mundo?. ¿Acaso alguien cree que los ciudadanos aborregados serían capaces de defenderse contra invasiones, reyes corruptos etc?.

Aún quedan poemas, canciones, libros y pinturas... que esconden la verdad. Aún queda algo que tras un manto oscuro podemos desvelar y encontrarnos a nosotros mimos. Recuperar lo que nos hacía sentir orgullosos, y lo que no hacía sentir despreciables.

Aunque escondan nuestra historia, aunque destruyan nuestra identidad social, siempre tendremos la esperanza de que ocurra algo que nos haga despertar. O tal vez, podamos entre todos, hacer ese milagro, pero eso es poco probable.